El presidente de EE.UU., George W. Bush, cumplió ayer en la Casa Blanca con la tradición de indultar a un pavo que se verá libre de comparecer, relleno, en una mesa familiar estadounidense mañana, en el Día de Acción de Gracias.

Este año, el ave que salvó la vida fue, por primera vez en los 55 años de historia de los indultos presidenciales, una pava, y se llama Katie.

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En los jardines de la Casa Blanca, el Presidente aseguró en broma que “estaba ansioso por tener una conversación con Katie”, que fue enviada a la granja de Herndon, en Virginia, donde tendrá “una buena vida”, según el Mandatario.

Como todos los años, el ave indultada fue llevada a la Casa Blanca por representantes de la Federación Nacional del Pavo.