El proceso solo se postergó en la capital, Riobamba, declarada en emergencia, en donde se sufragará el próximo domingo.
El presidente del organismo, Carlos Aguinaga, justificó la resolución aunque reconoció que la medida pudo haber ocasionado problemas en el proceso y un elevado nivel de abstencionismo en los cantones chimboracenses.
Aguinaga aclaró que el TSE, hasta la tarde de ayer, no recibía oficialmente la renuncia de ningún vocal del Tribunal Electoral de Chimborazo.
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En caso de que se concreten las renuncias, aseguró que el TSE decidirá si las acepta o no, aunque recalcó que los escrutinios continuarán con los vocales restantes.
Para garantizar el proceso, explicó que el TSE cuenta con un plan de contingencia, que prefirió mantenerlo en reserva. El funcionario justificó la decisión, tras señalar que “ni el proceso democrático, ni la función electoral van a resolver los problemas que sufre el pueblo riobambeño”.
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Aguinaga justificó la no suspensión de las elecciones en Chimborazo, puesto que esa medida evitará conflictos posteriores. La provincia representa el 3,66% de electores del país.
“¿Qué tal si el resultado es menor que ese porcentaje?”, se preguntó, tras sostener que sería lamentable que Chimborazo se convierta en “un mercado electoral, en una compra y venta de votos”.