Duhalde dijo que la muerte de los niños es una de las consecuencias de la desorganización social del país.

Una bebé de seis meses falleció por desnutrición en la castigada provincia de Tucumán, donde otras cuatro criaturas corrieron la misma suerte en los últimos días. La decisión de no pagar un vencimiento de deuda por 800 millones de dólares al Banco Mundial adquirió un significado, más allá de lo macroeconómico, con la muerte de estas víctimas del hambre en Argentina.

Tucumán, con 1,3 millones de habitantes y a unos 1.300 kilómetros al norte de Buenos Aires, es uno de los lugares que con más fuerza está sintiendo los rigores de la descomunal crisis económica que envuelve a la Argentina.
 
El ministro de Salud de Tucumán, Enrique Samudio, dijo que tenía entendido que la causa de la muerte del bebé era por desnutrición, aunque por ahora no había un informe oficial.
 
El diario Clarín dice que la nueva víctima fue identificada como Jesús Medina, y que llegó ya sin vida a la guardia del hospital de Bella Vista, una ciudad a unos 25 kilómetros del centro de San Miguel de Tucumán, la capital provincial.
 
El director de ese hospital Juan Núñez dijo a la prensa que Medina tenía antedecentes de desnutrición y que periódicamente estaba siendo atendido allí por problemas de peso.
 
Clarín dice que la bebé vivía en una barriada muy humilde de Bella Vista, tenía un hermano gemelo también con problemas de desnutrición y sus padres están desocupados.
 
Cuatro niños murieron desnutridos en los últimos días en Tucumán, tres de ellos en el interior y otro en la capital provincial.
 
La primera dama y coordinadora de políticas sociales del gobierno. Hilda Duhalde, dijo este sábado que siente “mucha bronca por la desnutrición en Tucumán y advirtió que esa situación no es cuestión de recursos sino que ocurre por falencias de la organización social”.
 
No somos Biafra, declaró a la prensa la señora Duhalde, quien en principio no se refirió a este nuevo caso.

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La noticia de la muerte de los primeros cuatro niños se difundió el jueves pasado, precisamente cuando el Banco Mundial anunciaba que detendría el desembolso de 600 millones de dólares para planes sociales, por el incumplimiento en el pago de la deuda.

El ministro de Salud, Ginés González, aseguró sentirse “dolorido y avergonzado” por las muertes y dijo que “es inmoral que en un país como Argentina existan problemas de acceso al alimento”.

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Argentina es el cuarto exportador mundial de carne y el tercer productor de granos. El presidente Eduardo Duhalde culpó de las muertes de los menores a la desorganización social que impera en un país, golpeado por una crisis económica y política, que ha dejado a la mitad de la población en la pobreza (18 millones de personas).

Tres de los niños residían en el interior de Tucumán y murieron en sus casas, aunque de ellos no trascendió ningún dato sobre su identidad.

La otra víctima, María Rosa Gómez, de 6 años, padecía de parálisis cerebral y pesaba apenas 19,8 libras cuando murió en un hospital. Uno de sus hermanos, Pablo, de 4 años, pesa 15,4 libras y padece la misma enfermedad.

Según cifras oficiales, en Argentina hay 260.000 casos de desnutrición infantil.

Red Solidaria, organización no gubernamental de lucha contra la pobreza, precisó que “cada dos horas muere un chico por falta de alimentación”.

El caso provocó la indignación pública que criticó la mala administración de los préstamos que realiza el Gobierno para planes sociales.