Existe un mapa de riesgo y se capacita a los habitantes, pero la Defensa Civil está sin implementos.

Una zanja profunda de tres metros de ancho dificulta el acceso a la ciudadela Jorge Lomas, al sureste de Bahía de Caráquez y en las faldas de uno de los cerros circundantes. Es la huella de un alud que dejó al descubierto tuberías de agua y de canalización y destrozó los accesos a decenas de villas, algunas deshabitadas.

El descontento de los habitantes del sector se expresa a gritos. “Mire cómo está la vía de ingreso. Nadie hizo nada desde que El Niño provocó los aludes en 1997”, reclama el residente Alejandro Reyes López. Una vecina, que solo se identifica como Luisa, agrega: “No tenemos agua porque la tubería está taponada; el alcantarillado tampoco funciona.

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Lo peor es que dicen que ya viene otra vez El Niño, ¿qué va a pasar?”.

Es la pregunta que se repite en Jorge Lomas y en otros sectores considerados de riesgo en Bahía de Caráquez, por los deslizamientos de los cerros circundantes cuando se presentan fuertes lluvias.

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Ellos recuerdan lo que pasó entre 1997 y 1998 cuando gran parte de la ciudad quedó cubierta de hasta un metro de lodo y más de un centenar de casas se fueron a pique.

“Claro que nos da miedo, señor, porque El Niño causa mucho daño, eso no es un juego”, afirma Carmen Chica, quien tiene su vivienda en el barrio El Astillero, a 10 metros del cerro y frente al sector donde el Municipio de Sucre prohibió la construcción de nuevas edificaciones.

Faltan recursos
El coordinador de la Defensa Civil, Afranio Álava, detalla que en esta ciudad hasta los niños saben qué hacer en caso de que ocurra un desastre, pero se queja porque no hay recursos para atender una hipotética emergencia.

“En las bodegas solo tenemos tres palas, cuatro azadones, tres picos, tres mosquiteros y tres colchonetas. Estamos organizados pero nos faltan implementos y sistemas de comunicación”, refiere.

Explica que pese a la falta de apoyo gubernamental, Bahía de Caráquez tiene un mapa de riesgos, se realizan permanentes jornadas de capacitación y en cada barrio existe un Comité de Operaciones de Emergencia (COE).

Corpecuador y Copefen, entes creados para atender la emergencia del pasado El Niño y realizar obras de prevención, repararon la vía de ingreso a la ciudad, donde construyeron tres puentes; se canalizaron las quebradas y levantaron tramos de muros en una parte de los cerros.

EMERGENCIAS

EN RIESGO
La Defensa Civil considera como sectores de alto riesgo a San Roque, María Auxiliadora, La Cruz, Pedro Fermín Cevallos, Orlenka Santos, Jorge Lomas, la parte baja de Leonidas Plaza hasta el kilómetro 8.

VÍAS DE ACCESO
Las carreteras de ingreso a la ciudad también se consideran zonas vulnerables. En la vía Bahía-San Jacinto, hay hundimientos en el cerro las Coronas; igual sucede en un tramo de 20 km de la carretera a Tosagua.

REFUGIOS
El plan de evacuación de la Defensa Civil, en caso de desastres, prevé los siguientes albergues: grado A (quienes pierden todo), deben ir a las iglesias; B (quienes sufren pérdidas parciales), irán a las escuelas; y C (quienes no pierden nada, pero deben salir temporalmente), acudirán a casas de familiares.

VOLUNTARIOS
La Defensa Civil cantonal cuenta con 80 voluntarios, pero posee solo 10 uniformes.