Dos hermanos de Florida de 13 y 14 años de edad confesaron, a cambio de ser condenados a una pena menor, haber matado a su padre con un bate de béisbol, en el marco de un acuerdo judicial que puso fin este jueves, de momento, a uno de los casos más inusuales en la historia criminal de Estados Unidos.
Derek y Alex King fueron condenados a ocho y siete años de prisión, respectivamente, por la muerte de su padre, Terry King (40), en noviembre de 2001. Los hermanos, juzgados como adultos en septiembre pasado, enfrentaban penas que oscilaban entre 20 años de prisión y cadena perpetua.
"Alex me sugirió que matara a papá", dijo Derek King (14), en su confesión leída el jueves ante un tribunal de Pensacola. "Maté a papá con un bate de aluminio, y luego incendié la casa", explicó el menor.
Esta confesión forma parte del acuerdo judicial al que llegaron los abogados de los niños y la Fiscalía, y en el que además intervino un mediador. Según la legislación estadounidense, en algunas circunstancias un reconocimiento de culpabilidad permite reducir la pena.
La madre de los hermanos King se opuso al acuerdo y anunció que interpondrá una apelación.
"No es justo, esto es América" exclamó indignada ante las cámaras de televisión, alegando que los niños no son capaces de comprender el alcance del arreglo, y que se violan sus derechos.
El asunto, en efecto, además de complejo es totalmente inusual. Otro hombre, Rick Chavis, un vecino de los King con el que Alex mantenía relaciones sexuales, fue absuelto del mismo crimen por otro jurado en un juicio paralelo.
Hace un mes, el juez del caso había anulado el veredicto de un jurado que declaró culpables a Derek y John del asesinato de su padre, porque el mismo fiscal había defendido en ambos procesos (el de Chavis y el de los King) tesis contradictorias.
En el juicio de Chavis, el fiscal alegó que éste cometió el crimen, mientras que en el de los niños King acusó a estos de haber sido los autores materiales del homicidio.
Además, el jurado encontró a los hermanos King convictos de matar a su padre, aunque sorprendentemente los declaró culpables de homicidio en segundo grado "sin utilizar un arma" u objeto contundente.
Tras el juicio, miembros de este jurado declararon que estaban convencidos de que los niños nunca esgrimieron el bate, y se limitaron a abrir la puerta de su casa a Chavis, para que éste cometiera el asesinato,
Chavis, cuya casa visitaban frecuentemente los dos hermanos, proclamó siempre su inocencia.
Derek y Alex confesaron inicialmente a la Policía haber matado a su progenitor, pero luego se retractaron: Fue Chavis el asesino -declararon-, pero éste los convenció inicialmente de que se culparan ya que como menores recibirían penas menos severas.
El alambicado caso, y las irregularidades procesales que lo rodearon, indujeron el pasado 17 de octubre al juez a anular el juicio de los hermanos. Instó a abogados y a la Fiscalía a hallar un "compromiso judicial", y advirtió que si no se lograba, estaba dispuesto a celebrar un nuevo proceso.