Dos años después de ocurrida la muerte de la hija recién nacida de Melva Cañar Camacho, un jurado español se instaló ayer para deliberar la sentencia por su presunta responsabilidad en el deceso.

“En ningún momento quise que a mi hija le ocurriera nada malo; si hubiera sabido lo que ahora sé, hubiera ido a un hospital”, declaró ayer la mujer ante el tribunal de Madrid.

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La hija de Cañar murió en circunstancias aún extrañas, el 11 de noviembre del 2000, cuando según versión de la madre, perdió el conocimiento al momento del parto en el parque del Retiro.

Luego de hallado el cadáver en una funda plástica, la Policía la detuvo acusándola de provocar la muerte al tratar de abandonar a su hija, concebida tras una violación en Quito mientras trabajaba como empleada doméstica.

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Audiencia
En la audiencia, el jurado integrado por siete hombres y cuatro mujeres, escuchó a Melva, a la defensa y al fiscal.

Fue sobre el final cuando a la acusada se le permitió dirigirse al jurado.
“Tengo una hija muy pequeña que depende de mí”, dijo al hacer referencia a su hija de 4 años que vive en Ecuador junto a sus abuelos.

Ahora será el jurado el que deba decidir el veredicto final en el que se determinará si Cañar Camacho es culpable o inocente de la muerte de su hija.
Para el fiscal, este hecho “es un caso típico de abandono de niños”.

La abogada de Cañar, María Luz Bleda, admitió que su defendida “en el límite, tiene la culpa de no haber pedido ayuda, de no haber gritado; por eso planteamos la opción alternativa de encasillar el caso como una imprudencia con consecuencia de muerte”.