Georgia expresó esta mañana su alarma por las informaciones de que la red terrorista Al Qaeda busca en el espacio de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y en concreto en este país del Cáucaso material radiactivo para fabricar "bombas sucias”.
 
"Tenemos información de que los terroristas pretenden obtener material radiactivo luego del espacio soviético", declaró Irakli Alasiania, viceministro de Seguridad georgiano.
 
Alasiania dijo que Georgia no ha recibido de países amigos avisos de que Al Qaeda busque fuentes de radiación en su territorio, como afirman medios de prensa occidentales, pero indicó que Tiflis afronta con "gran preocupación" tal posibilidad.
 
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha detectado al menos 280 lugares con emisiones radiactivas descontroladas en Georgia, dato confirmado por la inteligencia de Estados Unidos, en particular en territorio de antiguas bases militares soviéticas.
 
La prensa norteamericana reveló ayer temores del Pentágono y del OIEA ante la posibilidad de que Al Qaeda obtenga en Georgia y Moldavia contenedores con cesio-137 susceptible para ser usado en la fabricación de las "bombas sucias".
 
Según estos datos, el cesio-137 altamente radiactivo se empleó en la URSS en la década de 1970 para estudiar los efectos de las explosiones atómicas en las plantas, dentro de un proyecto llamado Gamma-Kolos realizado en Georgia, Moldavia y otras repúblicas.
 
Expertos del OIEA estiman que en la investigación se emplearon hasta mil contenedores con cesio-137, de los cuales hasta la fecha localizaron cinco en Georgia y cuatro en Moldavia, mientras se desconoce el paradero y el número exacto de los restantes. 
 
El cesio-137, un isótopo empleado en la radioterapia, es muy peligroso como material para "bombas sucias" al ser un polvo fino muy fácil de ocultar y transportar que emite una potente radiación mortal de rayos gamma.
 
El enero pasado, un equipo del OIEA rescató en Georgia dos generadores térmicos altamente radiactivos que un mes antes encontraron abandonados unos campesinos que buscaban leña.
 
En junio pasado, un científico de Abjasia alertó sobre el peligro de que uranio enriquecido y otros materiales radiactivos almacenados en esa región separatista puedan haber caído en manos de terroristas internacionales o incluso de Iraq.
 
Valter Kashiya, director del Instituto Físico Técnico de Sujumi, capital abjasia, indicó que el robo de ese material susceptible de ser empleado para la construcción de bombas nucleares pudo empezar a principios de los años noventa.
 
En esa época, durante la guerra de secesión abjasio-georgiana, el Instituto tuvo que ser evacuado y se perdió la pista de parte de los 244 tipos de sustancias radiactivas (entre ellas al menos siete kilos de uranio-235) que había en sus laboratorios.
 
El ministro Alasania dijo que Georgia y EE.UU. no han trazado aún un plan de búsquedas conjuntas de materiales radiactivos, ahora a cargo del OIEA, pese a tratarse de uno de los riesgos más temidos por Washington tras el ataque del 11 de septiembre.
 
Pero otras fuentes militares y de Seguridad dijeron que los servicios secretos de EE.UU. están muy alarmados ante la posibilidad de que Al Qaeda obtenga fuentes radiactivas en Georgia o utilice su territorio como ruta para los componentes de "bombas sucias".
 
Asesores militares de EE.UU. entrenan a tropas georgianas para la lucha antiterrorista, en particular en el desfiladero de Pankisi, fronterizo con la separatista Chechenia rusa y donde se habían refugiado guerrilleros chechenos y algunos militantes de Al Qaeda.
 
La operación lanzada por tropas georgianas en Pankisi el pasado verano obligó a los guerrilleros a desplazarse a Chechenia desde el desfiladero, donde los últimos días fueron hallados tres zulos con importantes arsenales de armas, municiones y misiles tierra-aire.
 
Una vez restablecido el control de Tiflis sobre Pankisi, antes una zona donde pululaban bandidos y contrabandistas, el Gobierno anunció una próxima investigación en el desfiladero para detectar eventuales nuevas.