Bajo la amenaza de la oposición de una huelga general indefinida, la Organización de Estados Americanos (OEA) instaló ayer la mesa de diálogo entre el Gobierno venezolano y sus detractores.
La “mesa de diálogo y acuerdo” es producto de la mediación del secretario de la OEA, César Gaviria, quien actúa como facilitador del proceso.

El eje del encuentro es definir el tipo de elección que debe celebrarse en el país próximamente como mecanismo para superar la crisis política.

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La principal propuesta de la oposición es la inmediata convocatoria a un referendo consultivo, mientras que el Gobierno insiste en extender los diálogos y permitir solo un referendo revocatorio cuando lo permite la Constitución, que es a partir de agosto del 2003.

El presidente Hugo Chávez manifestó ayer, durante un acto público, “muchísima alegría” por el inicio de las negociaciones, en las que espera se logren “acuerdos democráticos y en el marco de la Constitución”.

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La oposición acude al proceso con reservas sobre la voluntad del Gobierno de alcanzar una “solución pacífica” al conflicto y con una renovada amenaza de convocar una huelga general indefinida.

La Coordinadora Democrática, que agrupa a las organizaciones antichavistas, reiteró ayer que estará en la mesa de diálogo hasta el próximo 4 de diciembre, cuando vencerá el plazo legal que tiene el Consejo Nacional Electoral para decidir si procede el referendo consultivo para el que entregó dos millones de firmas.

Mientras Ejecutivo y oposición intentan pactar una salida a la crisis política, el grupo de catorce altos mandos que llamó el pasado 22 de octubre a la “desobediencia y rebeldía civil y militar” continúa a la espera de la renuncia de Chávez en la plaza de Altamira.