La ingestión de agua contaminada con heces causó la intoxicación de 296 personas y la muerte de una bebé, el miércoles pasado en la ciudad de Ibarra, informó ayer José Albuja, subdirector del hospital San Vicente de Paúl, donde fueron internados los afectados.
Los primeros enfermos fueron los estudiantes de una escuela pública, quienes ingirieron agua contaminada con la bacteria Shigelia (disentería) durante uno de los recreos, agregó Albuja.
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Los intoxicados presentaron dolores abdominales, diarrea aguda, fiebre, vómitos y deshidratación.
El subdirector del hospital San Vicente de Paúl de Ibarra, José Albuja, explicó a la prensa que el agua consumida contenía materia fecal, cuya procedencia estaba siendo investigada.
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El alcalde de Ibarra, Mauricio Larrea, indicó que las autoridades analizaban la posibilidad de declarar en emergencia sanitaria a la ciudad por la presencia de heces en el sistema de agua potable de la ciudad.
Entre las primeras medidas adoptadas figuran la suspensión de las clases educacionales y de la distribución de agua potable para desinfectar los acueductos, agregó.
Según la empresa municipal encargada de suministrar agua potable a Ibarra, aguas servidas se desbordaron y mezclaron con el líquido tratado hace una semana.
Telenoticiarios indicaron, a su vez, que el número de intoxicados se incrementaba, ubicando uno de ellos en 1.000.
En junio pasado ya se denunció la contaminación del agua potable de Ibarra y la intoxicación de varios de sus pobladores, sin dejar víctimas fatales.
El drama es familiar en Imbabura
IBARRA
La falta de recursos económicos obligó a Rodrigo Cabrera y a su esposa, María Montalvo, a acudir al hospital público San Vicente de Paúl para curar a sus dos hijos Rodrigo y Johana, de 7 y 5 años, respectivamente, quienes resultaron infectados con la bacteria de la gastroenteritis.
Cabrera tomó esa decisión luego de esperar cuatro días con atención médica privada, para que los infantes superaran la diarrea aguda, la fiebre y el dolor estomacal que les generó beber el líquido contaminado que distribuye el sistema de agua potable de Ibarra. “No me alcanzó la plata que invertí al principio en la curación de mis guaguas y por eso estoy en este hospital”, dijo Cabrera. Los cónyuges explicaron que ellos también sufren de agudos dolores y flojera estomacal.