La casa da sentido a la existencia  y si en ella se conjugan las mejores formas, dicha existencia será afortunada. Es un pensamiento que resume el contenido de Casas Latinoamericanas, un libro del arquitecto Rómulo Moya que recopila las propuestas de los arquitectos de Latinoamérica en lo que respecta a viviendas y espacios para habitar.

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El arquitecto Moya, de nacionalidad argentina, es Director de Ediciones Trama y residente en Ecuador desde hace 27 años, además es articulista en medios de comunicación escritos y ganador de premios de diseño.

Desde hace algún tiempo la editorial que dirige ha documentando la arquitectura contemporánea ecuatoriana en otras obras, pero se tomó la decisión de trascender las fronteras del Ecuador. “Pensamos que la arquitectura ecuatoriana debía documentarse para que pueda ser estudiada y criticada y luego sentimos que era tiempo de ponerla en el contexto internacional.  Para llegar a esto tuvimos que pasar por 70 ediciones de nuestra revista y más de 6 libros sobre arquitectura contemporánea ecuatoriana editados por Trama”.
Mantuvimos un diálogo con el arquitecto Moya para conocer un poco más sobre este nuevo ejemplar:

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¿Por qué en su libro hace diferencia entre la arquitectura de Latinoamérica y arquitectura latinoamericana?
Aunque parezca una diferencia puramente semántica en realidad es una diferencia conceptual.  Lo que quise diferenciar es que dentro de América Latina hay una diversidad de tendencias arquitectónicas, algunas de ellas más propias de la región, más extendidas que otras, y otras con mayor influencia externa, pero todas asentadas en un territorio definido que es América Latina, que además es absolutamente diverso. Entonces, con tal diversidad... ¿cómo definir una única arquitectura latinoamericana? Por eso hablamos de arquitectura de Latinoamérica, es decir, hecha por arquitectos latinoamericanos.

¿Cuál piensa usted que es el nivel de la arquitectura ecuatoriana en el contexto internacional?
En este libro se muestran 30 casas de nueve países distintos y podemos notar, gracias a dos ejemplos locales, concretamente de Guayaquil, que en materia de arquitectura contemporánea nuestro país está en capacidad de exhibirse internacionalmente.  En nuestra revista que editamos digitalmente en internet (www.trama.com.ec) siempre hay obras de arquitectura ecuatoriana solicitadas por editoriales y revistas extranjeras para publicarlas en diversos países del mundo.  En el Ecuador hay una excelente camada de arquitectos jóvenes que está llamada a producir extraordinarias obras de arquitectura.

¿Qué tiene de particular este libro?
La arquitectura que presentamos es el resultado de la interrelación entre modos de vida y memoria, la memoria individual y la memoria colectiva, pero también es fruto del futuro en tanto que proyecta anhelos y manifiesta lo que queremos ser y cómo queremos habitar.

¿Qué ejemplos puede usted destacar entre las casas publicadas?
Hay obras pensadas para la contemplación, que se diferencian absolutamente del entorno; algunas parecen salir de la tierra misma festejándola con colores alegres como la obra de Alejandro Borges en la Isla Margarita en Venezuela.  O la arquitectura de Durán-Ballén, exacta y austera, que festeja la racionalidad.  Grandes arquitectos como Carlos Bratke de Brasil o Sordo Madaleno de México nos muestran obras complejas e imponentes. 

También se muestran obras mínimas y a la vez complejas que cumplen con una condición esencial, incorporan inteligencia y son propositivas, procuran sorprender y lograr que la arquitectura sea animadora de la vida cotidiana.

Casa María Gabriela Gleich

Lugar: São Paulo, Brasil
Autores: Arq. Carlos Bratke y Arq. Renato Bianconi

Dice Bratke: “En esta casa, proyectada en colaboración con Renato Bianconi, experimenté un sistema cartesiano, cuyos ejes perpendiculares se constituyen en la circulación general. Como dos calles que se cruzan, dos codos que se acoplan formando de manera generosa los circuitos que atienden dependencias tales como los jardines internos que conducen a la piscina, a las terrazas y a las áreas grandes de terreno sobre la colina que domina el paisaje serrano de Itapecerica da Serra”.