El volcán Etna, que entró en actividad en Italia el domingo pasado, está sufriendo una transformación drástica que puede producir manifestaciones eruptivas de creciente violencia, preveía un estudio de científicos franceses publicado por la revista británica Nature en agosto de 2001.
Esa "crisis de identidad", que pareciera hacer cambiar verdaderamente de naturaleza al Etna, carece de precedentes: el monte Etna, que durante cientos de miles de años fue un volcán de tipo "punto candente", está convirtiéndose en un volcán de tipo "arco volcánico insular", explicaban Perre Schiano y su equipo de la universidad Blaise Pascal de Clermont-Ferrand.
Los volcanes interplacas, una de las grandes categorías de volcanes, están ligados a la existencia de "puntos candentes", de los que un centenar están repertoriados, entre los cuales por ejemplo, los volcanes de Hawai. Otra categoría son los volcanes de "zonas de subducción ", como son los de Filipinas, Japón o Alaska.
Existen dos tipos de subducción: la convergencia entre una placa continental y una placa oceánica, y la convergencia entre dos placas oceánicas, que acarrea la formación de "arcos volcánicos insulares", tal es el caso en las Kuriles o en las Antillas.
El equipo francés de geólogos estudió la composición de residuos de lavas solidificadas de unos 500.000 años de antig#edad conservadas en cristales de silicio, y los comparó a muestras extraidas de la cadena volcánica de las islas Eolias, al norte de Sicilia, donde se encuentra el Estrómboli.
Los científicos llegaron a la conclusión de que el Etna ha empezado a evolucionar para cambiar de naturaleza: su lava contiene cada vez más basalto, lo que caracteriza las erupciones volcánicas provocadas por la subducción.
Las emisiones de lava y de cenizas del Etna desde 1971 son cada vez más frecuentes y cada vez más violentas. Este volcán es único en su género, con erupciones "estrombolianas", fuentes de lava y emanaciones gaseosas, señalaba el estudio.
El cambio de comportamiento que se está produciendo se explica por el hecho de que se encuentra sobre un "punto candente" situado en Sicilia, pero también porque está en una región de Europa que es gradualmente empujada bajo la placa continental africana, agregaba.