César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), inició ayer una nueva ronda de negociaciones, como mediador, en la crisis político-militar venezolana.
La tensión política se agudizó por la rebeldía de catorce oficiales de las Fuerzas Armadas, a los que se unieron otros oficiales sin mando en las tropas, que reclaman la renuncia del presidente Hugo Chávez.
Gaviria se reunió ayer con el gobierno y hoy lo hará con los líderes de las opositoras Fedecámaras y Coordinadora Democrática.
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Es la tercera visita mediadora de Gaviria al país desde el fugaz derrocamiento de Chávez en abril pasado.
Los opositores demandan la renuncia del Mandatario o que convoque a elecciones adelantadas. Pero, Chávez advirtió a los militares disidentes que no intenten “una aventura armada”, porque también respondería con el uso de las armas.
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Sexto día de alzamiento
El grupo de oficiales que se declararon en rebeldía contra Chávez cumplió ayer su sexto día de protesta entre el rechazo de los altos mandos de las Fuerzas Armadas, parte de la población civil, la OEA y los gobierno de los países vecinos.
El comandante general de la Armada, vicealmirante Fernando Miguel Camejo, leyó ayer en televisión un comunicado en el que repudió los actos de los militares rebeldes, los conminó a “reflexionar” y subrayó que existe “normalidad” en las rutinas operativas y administrativas de ese componente de las Fuerzas Armadas.
Camejo recomendó a los militares rebeldes “evaluar” su actitud y señaló que serán sometidos a un Consejo de Investigación.
El líder de los rebeldes, general Enrique Medina Gómez, dio la bienvenida a Gaviria pero advirtió que no están dispuestos a entregarse y que no abandonarán la plaza hasta que Chávez renuncie.
Gaviria ha descartado cualquier tipo de encuentro con los uniformados disidentes, a quienes ayer reiteró su “obligación” de ser leales al Presidente y al Gobierno legalmente constituido.