Con la escalada de una crisis política que ha tocado fondo dentro de las fuerzas armadas, los venezolanos están impacientes por ver si el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, puede conducir a la estabilidad una situación potencialmente explosiva.

 

Publicidad

Gaviria es esperado en Caracas el domingo para reactivar las gestiones de mediación, que inició a comienzos de este mes, y lograr que el gobierno y la oposición se sienten en una misma mesa a buscar una salida pacífica a la difícil situación que enfrenta el país desde la intentona golpista de abril.

 

Publicidad

Pero Gaviria tiene ante sí un desalentador panorama.    El juego está trancado, espero que el señor Gaviria nos ayude a destrancarlo, porque aquí nadie está dispuesto a aceptar algo distinto que elecciones ya, dijo Zulay González, una estudiante de 23 años.   Queremos un referendo ya, agregó.

 

El presidente Hugo Chávez admite que la convocatoria de un referendo revocatorio puede ser la salida a la crisis política y económica que agobia a los venezolanos desde la intentona golpista de abril, pero ratifica que sólo aceptará esa consulta cuando se cumpla la mitad de su periodo en agosto próximo.

 

El congresista oficialista Tarek William Saab indicó que después de un encuentro el viernes con el presidente,    los sectores aliados que están en la Asamblea Nacional y Chávez coinciden en que el referendo revocatorio es una salida probable, pero dentro de los   plazos establecidos en la Constitución.

 

En la otra esquina están agrupados miles de venezolanos y numerosas agrupaciones opositoras que respaldan a más de un centenar de militares rebeldes que pidieron desconocer el gobierno de Chávez, al que señalan como un    régimen autocrático y deslegitimado y declararon una plaza   territorio liberado de su gobierno.

 

Chávez acusó a los militares rebeldes de tratar de dar un golpe de Estado y les aseguró que no lo conseguirán.

 

Ahora pretenden, desesperados, sacarnos del país a través de un golpe de Estado, uno fracasaron, y otros dos intentos más y fracasaron y ahora tienen otro montado por allá en la Plaza dijo Chávez a sus partidarios el sábado durante un acto.

 

Van a fracasar otra vez, no van a poder sacarme de aquí, porque aquí me trajo el pueblo, el soberano pueblo venezolano y sólo será el pueblo el que podrá sacarnos de aquí, no serán elites ni minorías desesperadas, enfatizó.

 

Ellos (los militares disidentes) no son ninguna amenaza, claro está que no hay que perderlos de vista, pero por cada militar golpista que aparece en la Plaza Francia, aparecen 500 en los cuarteles, que están claro en rol histórico que les a tocado vivir, agregó.

 

Los militares disidentes, entre quienes figuran muchos que participaron en la fallida intentona golpista del 12 de abril que expulsó brevemente a Chávez del poder, niegan que estén fraguando un golpe e insisten en pedir junto a miles de personas que Chávez renuncie o adelante elecciones antes de fin de año.

 

En una carta abierta dirigida a Gaviria, publicada el sábado en los principales diarios locales, los militares disidentes negaron estar procurando estimular una rebelión armada.

 

La protesta de cinco días y los llamados a la    desobediencia se han   desarrollado de forma pacífica, rechazando categóricamente en el propio pronunciamiento tanto el eventual uso de la fuerza militar, como las fórmulas de golpe de estado o ruptura del orden constitucional, señalaron en la carta.

 

Argumentando que Chávez es un gobernante autoritario decidido a destruir una de las más antiguas democracias de la América Latina, los militares rebeldes invocan una cláusula constitucional que permite la desobediencia civil ante    cualquier régimen o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas.

 

Ese clima de tensión se sumó la decisión de un juez penal de control ordenó el viernes el arresto de al menos 43 civiles y militares disidentes a ese tribunal a fin de abrir una investigación penal en su contra por el supuesto delito de rebelión.

 

El fiscal general Isaías Rodríguez, quien fue dirigente del partido oficialista y vicepresidente del gobierno de Chávez hasta enero del 2000, se manifestó contrario a la iniciativa del juez y prometió enfrentar cualquier acción

 

Comparto de manera casi esencial las críticas que se han hecho a la apertura de investigación, dijo Rodríguez a la cadena televisiva de noticias Globovisión.

 

 

Agregó que el juez no puede abrir ninguna investigación sin fundamentar su acción primero ante la Fiscalía.

 

Nosotros entendemos que esta actuación del juez de control no se ajusta la legalidad y ejerceremos contra ella, si es necesario, a partir del lunes, un amparo o en todo caso una apelación, porque realmente allí el juez está violentando todo el proceso acusatorio, porque está asumiendo una investigación y después pretende decidir, usurpando funciones de un    juez de juicio, añadió.