En las faldas del cerro El Alizal, a 3.200 metros sobre el nivel del mar, se venera la imagen de un Cristo crucificado de 15 centímetros de alto por 10 de ancho, conocido como el Señor de los Migrantes.
Más de 5 mil placas y 1.500 fotografías son el testimonio de su poder milagroso.