Este maestro y jurista es ejemplo de superación y de sinceridad para asumir sus orígenes.
David Enrique Gavilanes Velarde no elude las preguntas sobre los comienzos de su vida y prefiere citarlos.
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Cuenta que antes de arribar a Guayaquil, estuvo en la Amazonia y Sierra, pues de 9 años aprovechó un viaje a la parroquia San Andrés, cerca del sitio Tatacto donde nació en 1933, para tomar un camión y llegar a Puyo, en Pastaza.
Cumplió tareas agrícolas pero su inquietud lo llevó a las haciendas Leito en Tungurahua y Pinandro en el valle del Chota (Imbabura), donde cumplió similares labores pero con mejor trato y sueldo.
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“La actitud que me hizo dejar el hogar -expresa- obedeció quizás al temperamento inquieto que tengo y al deseo de emular algo de mi coterráneo, César A. Naveda Ávalos, médico que nos prestigió en Europa”.
Explica que sus padres, Alcides Gavilanes y María Maura Velarde, tenían una productiva finca en Tatacto, por lo que su ‘huida’ careció de un buen argumento.
En mayo de 1949 llegó a Guayaquil y una señorita que resultó ser la hermana del Prof. Abelardo García Arrieta, director del instituto Abdón Calderón, consiguió que aquel lo contrate como empleado doméstico.
Gracias a la ayuda del Prof. García culminó su primaria en la escuela Vicente de Piedrahíta y siguió la secundaria en el César Borja Lavayen, del que fue bachiller en 1959.
Por la falta de algún profesor titular del Calderón, el director lo puso al frente de los niños; así tomó gusto por la docencia y formó el equipo que adoptó los principios de la enseñanza de Abelardo García.
Quiso ser médico
David Gavilanes deseó estudiar Medicina e Ingeniería Civil, pero los horarios se lo impidieron; finalmente escogió la Jurisprudencia. En esa facultad enfrentó inconvenientes, mas logró egresar y preparar una tesis doctoral que retomó ahora para su publicación.
En 1968 viajó a Europa e ingresó al Instituto de Estudios Superiores de Empresa (IESE) en Madrid. Allí ganó antigüedades y becas, frente a sus compañeros egresados de las mejores universidades del Viejo Continente.
Recorrió Bélgica, Holanda, Inglaterra, Alemania, Suiza, y otros países; recibió el carné de investigador en el Archivo de Indias. El IESE reconoció su trayectoria y lo designó su representante en el Ecuador con jurisdicción en Sudamérica.
Fundó su plantel
En 1971 se reincorporó al magisterio en el Calderón; en 1972 creó el colegio Naciones Unidas, unidad educativa reconocida en nuestro medio.
Su esposa Lilia Chiluisa e hijo David Gavilanes Chiluisa, lo ayudan en su centro educativo. Tiene por costumbre recorrer los cursos, supervigilar a sus catedráticos e intercambiar inquietudes con sus alumnos.
Amor por Guayaquil
Jamás olvida a sus preceptoras María Luisa y María Angélica Pacheco Sampedro, ni a sus maestros universitarios Antonio Parra Velasco, Alfonso Quijano Cobos, Jorge Maldonado Renella, y otros ilustres jurisconsultos. Siempre nombra a Abelardo García, quien encauzó gran parte de su vida.
Conserva la medalla Al Mérito Laboral del gobierno de su compañero Jaime Roldós Aguilera, y la condecoración Al Mérito Educativo que recibió en 1985.
Se considera un guayaquileño de corazón y expresa su gratitud a esta urbe que lo acogió hace 53 años.
MUY PERSONAL
Nombre: David Enrique Gavilanes Velarde.
Nacimiento: Tatacto, parroquia San Andrés (Guano, Chimborazo), el 1 de diciembre de 1933.
Esposa: Lilia Chiluisa Chiluisa, orientadora vocacional.
Hijo: David Gavilanes Chiluisa.