El transbordador Atlantis continuó esta tarde su viaje hacia la Estación Espacial Internacional, acercándose 1.250 kilómetros con cada órbita de 90 minutos alrededor de la Tierra, a una velocidad de ocho kilómetros por segundo.

Los seis astronautas comenzaron desde el mismo lunes poco después del lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, en el estado de Florida los preparativos para llevar a cabo el acoplamiento del transbordador con la estación orbital, a la que agregarán un segmento valorado en 390 millones de dólares, diseñado para colocarle varios nuevos módulos y paneles solares.

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El acoplamiento del Atlantis con la Estación Espacial Internacional (EEI) está programado para llevarse a cabo el miércoles a las 1524 GMT.

Los tripulantes del Atlantis se reunirán a bordo de la EEI con otros tres astronautas dos rusos y una estadounidense que el miércoles cumplirán 125 días en el espacio.

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El nuevo segmento de la EEI, cuyo peso es de 15 toneladas, será instalado en una caminata espacial que llevarán a cabo los astronautas del Atlantis durante la misión de 11 días del transbordador.

La tripulación del Atlantis parecía en excelente estado tras despertar el martes temprano después de su período de descanso y técnicos de la Administración de Aeronáutica y Espacio de Estados Unidos (NASA) dijeron que no era usual que ninguno de ellos a pesar de que dos astronautas son novatos se sintiera mareado.

El mareo es un síntoma común a todos los humanos durante el proceso de adaptación a la ingravidez del espacio.

Los dos astronautas que participan por primera vez en una misión espacial son Piers Sellers, un empleado de la NASA nacido en Gran Bretaña, y la estadounidense Sandra Magnus, la ingeniera de vuelo del Atlantis y quien tendrá a su cargo la operación del brazo mecánico del transbordador.

Ambos viajan sentados uno al lado del otro en la cabina de mando del Atlantis, detrás de los asientos del comandante de la misión y de la piloto de la gigantesca nave espacial blanca y negra de 100 toneladas de peso.

"El negocio completo de despegar del suelo fue mucho más violento, pienso, que lo que cualquiera de nosotros (dos) pensamos", dijo Sellers.

Al comenzar el proceso del lanzamiento "nos miramos uno al otro, con el ceño fruncido, y entonces pareció que el mundo entero daba vueltas, el sol aparecía y desaparecía por instantes en la cabina cuando giramos (para soltar el tanque auxiliar de combustible) y sentíamos que cada vez íbamos más y más rápido. Todo se estremecía y golpeaba contra algo", agregó.

"SENSACIONAL"

"Por supuesto, el punto de las 50 millas (80 kilómetros de altura) es el lugar donde nos convertimos oficialmente en astronautas. Entonces nos miramos y dijimos al unísono:   Esto es sensacional!", expresó por su parte Magnus.

Sellers describió el último minuto del vuelo como muy incómodo, al aproximarse el Atlantis a la enorme velocidad orbital de 28.000 kilómetros por hora.

"Estás clavado en tu asiento y todas las pequeñas protuberancias de tu traje espacial y del asiento comienzan a molestarte, a pincharte", explicó.

Sin embargo, en cuanto los motores pararon y la aceleración de la nave se detuvo, Magnus soltó la libreta de notas y la observó flotar frente a ella, con la misma curiosidad que un niño viendo un truco de magia.

"Tenía que hacerlo. Puse mi libreta frente a mí, la solté muy despacio y comenzó a flotar.  No podía creerlo! Jalé a Piers por el brazo y le dije: Piers, mira,  está flotando! y comencé a reírme sin parar porque era algo simplemente sensacional", expresó Magnus.

El lanzamiento del Atlantis  había sido pospuesto por más de seis semanas debido a una serie de problemas, entre ellos la aparición de varias grietas en las tuberías que transportan el combustible de los tanques de almacenamiento a los motores del transbordador.

Después de que se repararon las líneas de combustible de todos los transbordadores, el lanzamiento tuvo que ser pospuesto de nuevo la semana pasada debido a que el huracán Lili amenazó el Centro de Control en Houston, en el estado de Texas.

El comandante del Atlantis es Jeffrey Ashby, quien tiene como piloto a Pamela Melroy, coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

También integran la tripulación el físico Dave Wolf quien junto a Sellers realizará dos caminatas espaciales para colaborar en la instalación del nuevo segmento de la estación espacial y el ruso Fyodor Yurchikhin, quien pasará la mayor parte de la misión trabajando junto a sus dos compatriotas en la EEI.

En la Estación Espacial Internacional se hallan actualmente los cosmonautas rusos Valery Korzun y Sergei Treschev junto a la estadounidense Peggy Whitson.