Ecuador, el tercer país más corrupto del mundo, tiene un epitafio de vergüenza porque en nuestro país hay:

Descomposición social en la que unos servidores públicos fingen su actividad de servicio para obtener ventajas económicas.

Abuso de ciertas autoridades que menosprecian la ley.

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Degeneración de la verdad para apropiarse de los bienes ajenos hasta saquear el presupuesto de una institución.

Unos partidos políticos para los que la democracia significa satisfacer sus pasiones de atraco. Todo eso es una alta traición a la patria.
Ab. Nicolás Barrera M.
Santa Elena