La actuación arbitral de Byron Moreno en el cotejo entre Italia y Corea del Sur, el 18 de junio pasado, durante el Mundial Corea y Japón, fue aclamada por el pueblo ecuatoriano, cuando la prensa italiana lo acusó de vendido y corrupto, tras la expulsión de Francesco Totti y la eliminación azzurri.
Hoy, tres meses después, es condenado por el desempeño del pasado domingo, en el cotejo entre Liga y Barcelona. Para todos, él debe abandonar el pito hasta que concluyan las elecciones.
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De su padre, Byron Moreno Calvache heredó el gusto por las 17 reglas del balompié. Cuando terminó el bachillerato, hizo a escondidas el curso para árbitros. Su familia solo se enteró cuando llegó a casa con el diploma. A partir de ahí recibió el respaldo incondicional de sus progenitores. Su madre, Yolanda Ruales, le acompañó en las primeras actuaciones, mas, dejó de hacerlo porque no soportó los insultos que desde los graderíos le propinaban a su hijo.
Se dedicó por entero a esta actividad e incluso abandonó los estudios de Jurisprudencia, en el tercer año. Quiso retomarlos, pero la necesidad de preparación física, su cargo de presidente de la Asociación de Árbitros de Pichincha y actualmente la candidatura a concejal de Quito, le han impedido volver a las aulas.