Esta enfermedad crónica dura entre 10 y 15 años en evolucionar, pero si hay tratamiento el tiempo se extiende.

La inflamación en la pierna izquierda por la elefantiasis que padece, le impide caminar. Carlos Cabezas vive sobre una silla de ruedas y de la colaboración de los conductores que transitan por la Av. Nueve de Octubre y Esmeraldas.

Los 60 años que tiene parecen 80 en su rostro cansado y ojeroso mientras que la piel escamosa y morena por el sol se muestra reseca y agrietada. Desde 1995, cuando se enfermó de elefantiasis, contó Cabezas, comenzó su padecer.

Los medicamentos caros y la pobreza de su familia agilizaron el avance de la enfermedad, que en menos de siete años le provocó la invalidez.

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Sin fuerzas para trabajar ni el apoyo de sus hijos, Cabezas pide en las calles la ayuda que le han negado sus parientes.
“Aquí consigo cualquier cosita, la gente sí me apoya. Las monedas que me dan las guardo para comer, para el agua o para lo que me haga falta”, indicó mientras cinco niños se acercaron para escuchar su conversación.

“Los médicos dicen que tengo la sangre dormida, que necesito hacerme unos exámenes, pero no tengo dinero”, indicó Cabezas, quien duerme diariamente en las afueras de la iglesia de San Pedro en la ciudadela Ferroviaria.

Con dificultad y sin ninguna ayuda se retira de la silla, arrastra las piernas y tiende una sábana sobre un cartón en el helado pavimento.

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Se acuesta con frío, pero se cubre con una cobija sucia y con la esperanza de que uno de sus hijos lo lleve con él.

Sin registros
En el Ecuador no existen registros oficiales de las personas que padecen de elefantiasis, tampoco los médicos lograron evaluar la incidencia de esta enfermedad.

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Pero de lo que sí hablan es de la importancia de detectarla tempranamente.

En países de clima tropical como África y América Central y del Sur se estima que 70 millones de personas están infectadas y que 905 se encuentran en riesgo. “Esta enfermedad probablemente no se desarrolle en más del 10% de infectados”, aclaró un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La elefantiasis resulta más en gente que oscila entre 25 y 40 años. En la mayoría de los casos se presenta como una inflamación de las extremidades inferiores (piernas), aunque también suele aparecer –en menor frecuencia– en el escroto masculino y en los senos de la mujer.

Este mal no evoluciona rápidamente sino que es una enfermedad crónica. Se estima que puede desarrollarse completamente después de diez o quince años de la infección.

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TERAPIA

Los principios  de la terapia son restaurar la función linfática del organismo y mejorar cosméticamente el área afectada por la inflamación.

El tratamiento médico o quirúrgico es difícil. Los especialistas recomiendan medidas higiénicas y dietéticas.

La prevención  de nuevas infecciones es importante para extender el tiempo en que la elefantiasis provoca la invalidez de las piernas.

La piel afectada  es susceptible a traumas o infecciones que complican la lesión anatómica. Las infecciones secundarias son frecuentes.

El clima,   malos sistemas de drenaje, falta de una adecuada disposición de excretas influyen en su incidencia.

AGRANDAMIENTO EXAGERADO

• La elefantiasis es el agrandamiento exagerado de varias partes del cuerpo, aunque generalmente se refiere a los miembros inferiores (piernas). Se produce por problemas obstructivos del sistema linfático (líquido fuera de los vasos sanguíneos que baña las células y los tejidos), que ocasiona la hinchazón progresiva, aspereza, arrugas y fisuras de la piel.

• La piel verrugosa prolifera en las piernas y otros órganos, parecida a las de un elefante, lo que origina el nombre de la enfermedad. Esta condición puede hallarse en brazos, escroto, vulva y mamas.
Causas

• La elefantiasis se origina debido a la infección por cuatro tipos de parásitos, infecciones locales, células malignas en el sistema linfático, quemaduras, entre otras. La presencia de gusanos o parásitos es la causa más común.

• Las larvas infecciosas se transmiten al hombre a través de picaduras de mosquitos infectados, pero se desarrollan como adultas en los vasos linfáticos, lo que causa una severa inflamación en este sistema y en el transcurso de hasta 10 años se reproducen abundantemente.

Clases
a) Elefantiasis de las piernas.
b) Elefantiasis del escroto.
c) Elefantiasis del pene.
d) Elefantiasis de brazos, mamas o vulva.