El obispo de la Diócesis de Apartadó, en el noroeste de Colombia, Germán García Isaza, y varios sacerdotes de esa zona, en la región de Urabá, fueron amenazados de muerte por presuntos guerrilleros de las FARC, informaron hoy fuentes oficiales.
Las amenazas fueron proferidas menos de 24 horas después de que el prelado de Apartadó denunciase al presidente del país, Alvaro Uribe, durante un consejo de seguridad en la localidad de Carepa, sede de la guarnición militar de la región, que los rebeldes ocupan intermitentemente las carreteras de acceso a la región.
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La ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, confirmó las amenazas y dijo que esa es una manera de quienes intimidan de tener "en silencio" a la población y a sus autoridades.
Ramírez subrayó que "lo más fácil es que todo el mundo se mantenga callado y se mantenga esa aparente neutralidad frente a la fuerza pública, y esa neutralidad nos ha convertido casi en una complicidad e indiferencia ciudadana, y lo que hizo el obispo fue recomendar algo que debemos acoger".
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El comandante de la XVII Brigada del Ejército, de Carepa, general Pablo Rodríguez Laverde, aseguró que las amenazas contra los religiosos, entre ellos los párrocos de varios municipios de la zona, provienen de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo Bloque Occidental ocupa intermitentemente el cañón de La Llorona, la principal carretera de acceso a Urabá.
Las FARC han amenazado en distintas ocasiones a gobernadores, alcaldes y otros funcionarios regionales y municipales en diferentes regiones colombianas, recordó el general Rodríguez Laverde, quien, además, aseguró que "sí soy capaz", junto a sus tropas, de devolver la tranqulidad a Urabá.