Cada vez son más los hombres y mujeres casados que admiten haber engañado a sus parejas durante los viajes por motivos laborales.
El estrés, la separación y contar con tiempo a su disposición pueden tentar a los ejecutivos que viajan por negocios o trabajo a buscar amor en lugares equivocados y por razones desacertadas.
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“Algunos hombres, y cada vez más mujeres, dicen que engañan a su pareja porque con tanto viaje se sienten solos”, expresa la abogada neoyorquina Sy Reisman, quien se dedica a la asesoría legal en asuntos familiares.
Bonnie Eaker Weil, una especialista en terapia de relaciones que escribió dos libros sobre esta materia, asegura que el problema es más común de lo que se cree. “Los tipos de llamada que más recibo son las que me dicen mi esposo/esposa está de viaje y yo creo que él/ella me está engañando con otra persona. Y la respuesta habitualmente es sí”, relata.
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“Más del 50% de las mujeres casadas y aproximadamente el 70% de los hombres casados engañan a su pareja en algún momento”, agrega.
Los viajes de trabajo realizados con cierta frecuencia pueden exacerbar ese problema que pasa en todas las latitudes. Quienes se ven tentados no son solo los grandes ejecutivos y con más recursos económicos, sino profesionales y trabajadores medios que por razones laborales deben continuamente desplazarse dentro o fuera del país.
“La química del cerebro es afectada por el estrés, el cambio de clima a veces y la separación de la familia. Cuando se sienten solos, los viajeros tienen la tendencia a beber más. Y el alcohol reduce las inhibiciones y hace que se libere una cascada de hormonas”, explica Weil.
La gente que tiene mucho tiempo a su disposición trata de llenar de alguna forma los espacios vacíos. “El estrés, la pérdida o la separación de alguien crean una ansiedad bioquímica por relacionarse”, puntualiza.
Generalmente los adúlteros insisten en que sus relaciones amorosas son por pura atracción física y no tienen nada que ver con el compromiso hacia su familia. “No es necesario que ellos sean infelices. Quedan atrapados por la situación del momento, quizás un ambiente romántico en algún lugar en el extranjero, hacer turismo, la música, la cultura o la comida del lugar”, explica Weil.
A veces, el personal de los hoteles se encuentra en medio de una situación incómoda. Un botones de un conocido hotel guayaquileño, quien pidió mantener en reserva su identidad, dijo que no es nada extraño que adúlteros compulsivos le den una propina a una persona que trabaja en la recepción para que permita el acceso sin dificultades de determinado tipo de visitas.
Además, muchos infieles son descubiertos por las cuentas de gastos realizados con sus tarjetas de crédito o por llamadas hechas con sus teléfonos celulares. Asimismo, cuando viajan no dejan en casa un itinerario ni números de teléfono del hotel y reciben las llamadas únicamente en el celular o por un receptor de mensajes (beeper).
Para los hombres y mujeres que viajan por trabajo y que no desean caer en la tentación del adulterio, algunos terapeutas aconsejan llevar siempre en la billetera una foto sexy de su esposa o esposo.
Si viajan con una compañera/compañero de trabajo del sexo opuesto, no tomen bebidas alcohólicas, eviten el coqueteo y no hagan salidas juntos o pasen tiempo en la habitación de uno o de otro. En síntesis, no hagan cosas que ayuden a caer en la tentación y pregúntense: ¿Vale la pena arriesgar el resto de mi vida por un momento de placer?