Allí se asentó la cultura La Tolita, de la que aún se conservan objetos, pero sus pobladores han sido olvidados y la riqueza histórica no ha sido valorada.

Datos históricos señalan que fue cuna de la cultura La Tolita y la Organización de las Naciones Unidas para Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) quiere darle la importancia histórica que merece, sin embargo, La Tolita es un monumento al abandono y la pobreza.

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De los 600 habitantes que tenía hasta hace dos años la población de La Tolita Pampa de Oro, en el cantón Eloy Alfaro, provincia de Esmeraldas, ahora solo quedan 340, la mayoría de ellos emigró en busca de un mejor futuro.

La Tolita Pampa de Oro es uno de los tesoros arqueológicos más importantes del Ecuador, donde aún permanecen vivos los vestigios de la legendaria cultura Tolita, que se estima estuvo asentada en el lugar desde el año 600 a. de Cristo hasta el 400 d.C.

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La máscara de oro, símbolo del Banco Central del Ecuador, fue hallada precisamente en este lugar. De ahí su nombre Tolita Pampa de Oro.

De esta cultura también se deriva el nombre de tola a los entierros en donde junto al cadáver se colocaban joyas y vasijas. Existen tres de estas tolas que son celosamente resguardas por sus habitantes y ahora se ha prohibido buscar más restos arqueológicos.

Uno de los mayores atractivos de este sitio era su museo, pero este fue saqueado en diciembre de 1999 y desde entonces el pueblo ya no es el mismo, sin embargo los habitantes no ocultan el orgullo de permanecer en una tierra histórica pero olvidada.

Vestigios

Turistas de  varios países del mundo visitan La Tolita Pampa de Oro, pese a que no hay hoteles ni infraestructura para una confortable estadía de los visitantes.

Para viajar  a la isla hay que abordar lanchas en las poblaciones de Borbón o en La Tola. Pero los visitantes han expresado su malestar por la falta de chalecos salvavidas en estas embarcaciones, lo que debe ser controlado por la Capitanía del Puerto.

La vida  en esta población es apacible. Su clima es agradable y sus habitantes se dedican a la pesca y a la agricultura con lo que sobreviven.