Las lluvias torrenciales que caen desde hace varios días y las inundaciones causadas por los ríos desbordados en el centro de Europa han obligado a evacuar a cientos de miles de personas en la República Checa, en el sur y este de Alemania y en el norte de Austria.
Tan solo en la República Checa unas 200.000 personas, 50.000 de ellas en Praga, se han visto obligadas a abandonar sus hogares ante la crecida de los ríos, que mantiene aisladas decenas de localidades y miles de ciudadanos en los tres países centroeuropeos.
Mientras que la situación se está calmando en el sur de la República Checa, efectivos de la policía han acordonado el casco histórico de Praga, abarrotado hasta el fin de semana de turistas y que ahora permanece casi desierto, imagen insólita en una ciudad que suele estar llena de visitantes durante los meses de verano.
Las barreras construidas en las zonas más vulnerables a la riada, junto al puente de Carlos y al Teatro Nacional, pueden ceder en las próximas horas, temen las autoridades, ya que el agua sobrepasa en casi un metro el nivel de la calle.
Los canales de desagüe públicos de la zona ya están rebosando en numerosos puntos, a pesar de los cientos de miles de sacos de arena que tratan de impedirlo.
En el Teatro Nacional los sótanos están inundados medio metro y los operarios achican aguas, y tienen la consigna de ponerse a salvo tan pronto el agua rebase la barrera de seguridad instalada ayer de manera provisional.
En Alemania, donde hasta ahora han muerto seis personas, la situación continúa crítica y pese a que las lluvias han remitido, en los ríos Danubio, Elba y Mulde se esperan nuevos aluviones de hasta ocho metros de altura procedentes de la vecina República Checa.
En la ciudad de Dessau, donde el Mulde confluye con el Elba, y en los municipios circundantes, las autoridades han ordenado la evacuación de las zonas más amenazadas y unas 4.000 personas tuvieron que refugiarse en casas de familiares o amigos residentes en lugares menos afectados por las crecidas.
En Dresde, la capital sajona situada a orillas del Elba, el nivel de las aguas volvió a aumentar hoy con la llegada de las riadas de la República Checa hasta alcanzar un nivel de ocho metros, cuatro veces más de lo habitual.
La ciudad ya había quedado colapsada ayer, después de que el aluvión se apoderara del centro histórico, incluida la Opera Semper y la estación central de ferrocarriles, donde quedó paralizado todo el tráfico de trenes.
Mientras, en Passau, en la frontera con Austria, los aluviones están empezando a afectar a las localidades situadas más hacia el norte, algunas de las cuales ya han quedado incomunicadas.
En Ratisbona se prevé que el nivel del Danubio supere esta tarde el récord de 6,59 metros alcanzado en 1988 y las autoridades locales cuentan con que buena parte del casco antiguo quede inundado.
El canciller federal, Gerhard Schroeder, anunció hoy que su Gobierno ha dispuesto una ayuda inmediata de 100 millones de euros que se destinarán a las personas más afectadas por las inundaciones.
A estos fondos se añadirán otros 100 millones de euros en calidad de créditos estatales bajos en intereses, y otros 10 millones de ayudas para los agricultores más afectados.
En Austria, donde las autoridades han tenido que evacuar desde la semana pasada a miles de personas de sus hogares, la crecida del río Danubio y sus afluentes comenzó hoy a remitir.
Por ello, la situación ha dejado de ser crítica en las regiones más occidentales del país, como Tirol y Salzburgo, aunque en la Alta y Baja Austria se mantiene la alarma.
A lo largo del Danubio la situación es "estable", aseguraban por la mañana las autoridades hidrográficas, mientras continúa siendo crítica en la cuenca del río Kamp, en el norte de Baja Austria, que ha sufrido dos grandes riadas en cuestión de una semana.
El Danubio alcanzó al mediodía de hoy su nivel máximo en Viena con casi ocho metros de altura y 10.500 metros cúbicos de agua por segundo, la misma cantidad que cabe en 300 camiones cisterna.
Pero gracias al buen sistema de esclusas la metrópoli austríaca se ha visto apenas afectada por la riada de siglo hasta el momento.
Una primera valoración de las autoridades calcula que los daños causados por las inundaciones que han afectado a siete de los nueve estados federados austríacos se elevan a no menos de 3.000 millones de euros y podrían alcanzar incluso los 6.000 millones.
Por eso, el gobierno federal decidió hoy un primer paquete de ayudas de 650 millones de euros para reconstruir la infraestructura destruida y para asistir a los hogares particulares y a las pequeñas y medianas empresas afectados por la gran riada, que se ha cobrado hasta ahora siete víctimas mortales.