La Comunidad Andina de Naciones (CAN) sólo tiene espacio para fortalecerse, pues de lo contrario corre el riesgo de sucumbir, aseguró hoy el designado director ejecutivo del organismo, el ecuatoriano Richard Moss.
La CAN "o toma esta vitalidad para negociar con el mundo, o simplemente no tendrá razón de ser", subrayó Moss, quien hoy abandonó el cargo como ministro de Comercio Exterior del país.
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Moss asumirá la dirección de la CAN, con sede en Lima, en la segunda quincena de septiembre, cuando también tome posesión el colombiano Guillermo Fernández Soto como nuevo secretario general del bloque formado por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
El presidente ecuatoriano, Gustavo Noboa, aceptó esta semana la renuncia de Moss, le felicitó por su nuevo cargo y además, porque es la primera vez que un ecuatoriano ocupa altas funciones en el organismo subregional.
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Con la salida de Moss del Ministerio de Comercio, Noboa encargó esa cartera a su canciller, Heinz Moeller, quien posiblemente dirija las dos instituciones hasta enero próximo, cuando concluya el periodo del actual Gobierno.
Moss indicó que su designación como director de la CAN beneficiará a Ecuador, ya que habrá una mayor coordinación entre las actividades de la Comunidad y las percepciones del país.
"Se asegura que la perspectiva ecuatoriana esté reflejada en las decisiones que se van tomando y que también Ecuador se irá informando de los procesos que están en gestión en la Comunidad", señaló Moss.
Sobre sus nuevas funciones, Moss indicó que actuará en dos frentes: el externo, de cara a otros grupos comerciales del mundo; y el interno, sobre los problemas que los socios andinos deben resolver para fortalecer la integración.
Sostuvo que la CAN tiene "un enorme potencial" para negociar con otros bloques comerciales del mundo, entre ellos, el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la Asociación de Países de la Cuenca del Pacífico (APEC).
En este "frente externo es donde hay un enorme potencial y muy poca controversia" entre los andinos, sostuvo Moss, al advertir que al interior de la Comunidad todavía se deben resolver problemas arancelarios, de salvaguardas y el desarrollo desigual, entre otros.
Pese a los problemas, Moss cree que la Comunidad es el mejor instrumento de desarrollo comercial que tiene cada uno de los miembros, opinión que contrasta con la de varios empresarios ecuatorianos que han pedido que Ecuador salga del grupo por las presuntas desventajas comparativas frente a los demás socios.
La Comunidad "nos da un espacio político en las negociaciones con el resto del mundo", muy difícil de conseguir de forma aislada o individual, sostuvo el ecuatoriano.
Para los "países grandes, nosotros (Ecuador) no somos una prioridad económica, tampoco geopolítica; solos, ni siquiera nos recibirían en una negociación, pero como Comunidad Andina sí tenemos una presencia política" para negociar, reiteró.
Además, prosiguió, "la Comunidad Andina está entrando en una nueva etapa. Tenemos 33 años de una integración frustrada, pero en este momento todos los países estamos afrontando la necesidad de integrarnos más rápidamente porque tenemos retos externos muy importantes", anotó.
"Se ha avanzado muchísimo en el último año y con la nueva administración, un nuevo ímpetu y con una nueva visón más global vamos a ver una transformación, un naciente paradigma" de integración, agregó Moss.