Las restricciones económicas impuestas desde diciembre del año pasado fueron para todos los actores del sistema financiero de Argentina.
Cuando el Gobierno anunció el “corralito” (congelamiento del retiro de dinero) no se dieron fechas para devolución de depósitos.
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Las cuentas a la vista estaban incluidas en el “corralito” y solo podían efectuarse retiros parciales de 500 pesos semanales.
Cuando se profundizaron las restricciones económicas se pesificó todo el sistema y se abandonó el sistema de la convertibilidad que se instauró en 1991 y equiparaba el valor del peso al dólar.
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El Gobierno argentino cambió los términos de los contratos privados.
No había casos en los que el Estado compartiese la propiedad con empresas privadas en el control de entidades financieras.