La jueza Gladys Kessler ordenó el viernes al Departamento de Justicia que divulgue los nombres de más de 1.200 personas, la mayoría procedente de Oriente Medio, detenidas –algunas incomunicadas y sin cargo– a raíz de los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de
Washington.
Misterio
Grupos como Amnistía Internacional y la Unión de Libertades Civiles consideran que la orden levantará el velo de misterio en torno a los detenidos, entre ellos el talibán de origen puertorriqueño José Padilla, arrestado el pasado 8 de mayo.
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Padilla, un ex pandillero al que Estados Unidos considera un “combatiente enemigo” se encuentra en la base naval de Charleston (Carolina del Sur), incomunicado y sin acceso a un abogado, según fuentes allegadas al caso.
Pero el Departamento de Justicia se resiste a la idea porque considera que divulgar los nombres de testigos materiales “impide una de las investigaciones federales más importantes de la historia” y obstaculiza los esfuerzos del Gobierno “para llevar a los responsables ante la justicia”.
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Las detenciones evocan los recuerdos del gulag soviético, establecido en 1919, donde millones de disidentes fueron sometidos a condiciones infrahumanas y a trabajos forzados por el régimen de Moscú.