Pinochet, de 86 años, anunció la renuncia a su cargo de senador vitalicio el jueves, tres días después que la Corte Suprema confirmara que sus “problemas mentales” lo inhabilitan definitivamente para defenderse de los juicios que enfrenta por violaciones a los derechos humanos bajo su régimen (1973-1990).
“Problemas de salud insuperables y el implacable paso de los años, me imponen el deber de hacer dejación de mi cargo de senador vitalicio no sería consecuente con mi conducta ni mi ideales si mantuviera dicha dignidad (legislativa), imposibilitado, como me encuentro, de desempeñarla con la responsabilidad y la eficiencia que se requieren”, explicó.
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“Creo, por lo mismo, que el interés de Chile me exige este renunciamiento, tanto más si con ello presto una contribución a la paz política y social del país”, agregó Pinochet, quien reivindicó el golpe que lo llevó al poder como un acto “de defensa de la soberanía, la seguridad nacional y la paz” de su pueblo.
La rebelión militar acabó en septiembre de 1973 con el gobierno del socialista Salvador Allende, que soportaba una dura oposición del empresariado y los partidos de centro y derecha, y determinó el comienzo de la dictadura encabezada por Pinochet.