En el que ha sido el gol más tempranero de la historia de los mundiales, el capitán turco Hakan Sukur batió a Lee Woon-Jae a los once segundos de iniciado el partido. Sacó Corea del Sur, pero tras pasarla hacia atrás el capitán surcoreano Hong Myung-Bo perdió de manera infantil el balón e Ilhan Mansiz, muy oportuno, se hizo con el esférico y habilitó al delantero del Parma que no perdonó (1-0).
A pesar del tanto los surcoreanos no se amilanaron y se lanzaron al ataque con desenfado.
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La igualada llegó ocho minutos más tarde, cuando Lee Eul-Yong ejecutó con maestría un tiro libre con la zurda, colocando la pelota en el ángulo superior izquierdo de Rustu Recber, que nada pudo hacer.
Quizás, en un encuentro de este calibre en el que hay que saber especular, esperar y asestar el golpe mortal en el instante preciso, los turcos supieron hacer valer su mayor fogueo y fueron mucho más pragmáticos.
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Apenas cuatro minutos después (13), una jugada que empezó en el medio del campo finalizó con una pared entre Sukur y Mansiz, en la que el primero le devolvió al jugador del Besiktas Estambul la gentileza para que marcara de zurda (2-1).
En el minuto 20, la estrella surcoreana Ahn Jung-Hwan en una excelente jugada individual exigió a Recber, que sacó el balón al córner sobre el travesaño.
Con oficio
Pero los turcos, una vez más, demostraron que tienen algo de oficio. El tándem Sukur-Mansiz cuando se juntaba era letal. En el minuto 32, otra pared mágica culminó con el gol de Mansiz que tocó con elegancia el balón ante la salida del portero Lee (3-1).
Pasados los cuarenta minutos del primer tiempo, tras una buena combinación del ataque surcoreano, el árbitro kuwaití Saad Mane anuló a instancias de su asistente de línea un gol de Ahn.
En la segunda parte, como era previsible, Corea del Sur salió a presionar y Turquía a aguantar el resultado. Pero todas las intentonas terminaron en disparos lejos de la escuadra o en las manos de Recber, un elemento clave del equipo de la medialuna y la estrella. Faltando menos de diez minutos, Ahn se lo volvió a perder. Su disparo pasó junto al poste derecho de la valla turca.
La insistencia surcoreana logró sus frutos pasados tres minutos del tiempo reglamentario, con el 3-2, obtenido por Song Chong-Hu con un derechazo desde afuera del área.
Al tratarse de la definición del tercer puesto entre los dos equipos más sorprendentes de la competición, este partido no tuvo la habitual característica de un “velatorio” de dos equipos frustrados y fue jugado con intensidad.
Los surcoreanos pusieron las ganas y los turcos la mayor experiencia.