El Comité de Comercio y Energía y el subcomité de Investigaciones –ambos de la Cámara de Representantes de EE.UU.–, indicaron en un comunicado que la intención es llegar al fondo de las manipulaciones contables de WorldCom.

El martes pasado, la compañía –que es la segunda empresa en importancia de telecomunicaciones en el país– admitió que durante los últimos cinco trimestres fabricó ganancias inexistentes por unos 3.800 millones de dólares, para ocultar su verdadera situación financiera.

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Ahora, al igual que la gigante energética Enron, el escándalo provocado por WorldCom es objeto de investigaciones por parte del Departamento de Justicia, el Congreso y la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés).

El presidente del Comité de Comercio, Billy Tauzin, y el del subcomité de Investigaciones, James Greenwood, explicaron que el Congreso quiere “averiguar exactamente” lo que ocurrió en la empresa de telecomunicaciones y ver cómo prevenir “debacles similares en el futuro”.
Entre los documentos que exigen los legisladores figuran los relacionados con la auditoría interna de la empresa, sus comunicaciones con la SEC desde 1997 y las reuniones de su junta directiva.

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También quieren revisar los archivos relacionados con el principal ejecutivo financiero, Scott Sullivan –que fue despedido a raíz de la revelación del escándalo–, y su papel en la auditoría interna de la empresa.

La operadora de telefonía WorldCom comenzó ayer una masiva operación de despido que afectará a 17.000 trabajadores, un día después de que se emitiera una orden para asegurar que no se destruyan documentos relevantes.

Los directivos de la compañía iniciaron el envío de las comunicaciones de despido que afectará a un porcentaje muy importante de su plantilla total.

El objetivo es ahorrar unos 2.000 millones de dólares, ante las pérdidas que los ejecutivos reconocen se producirán como consecuencia del escándalo, así como por el encarecimiento que tendrá la financiación de su deuda de 30.000 millones de dólares.

El presidente George W. Bush, intenta prevenir las consecuencias políticas del creciente escándalo de WorldCom, al declararse indignado y asumir el compromiso de realizar una profunda investigación.

El líder estadounidense planea dedicar su alocución de radio de mañana y su discurso del 9 de julio en Nueva York a exigir a los líderes empresariales que asuman sólidos valores éticos y a presionar al Congreso para que apruebe su plan para castigar a los presidentes de empresas que actúen irresponsablemente, dijo el portavoz de Bush, Ari Fleischer.

La debacle de WorldCom tuvo lugar tras el escándalo del gigante energético Enron, relacionado políticamente con el Presidente y su partido republicano, que tradicionalmente tiene estrechos vínculos con las corporaciones estadounidenses.

Bush espera evitar los errores cometidos por su padre, el ex presidente George Bush, quien ganó la Guerra del Golfo pero perdió la reelección, presumiblemente a causa de que el electorado percibió que su gobierno no hizo lo suficiente para reactivar la debilitada situación económica estadounidense.