Aunque militó en el Frente Radical Alfarista (FRA) por solo cuatro años y fue candidato presidencial en 1988, la trayectoria pública de Carlos Julio Emanuel Morán (57 años) siempre estuvo ligada a la política.

En julio de 1987, cuando era gerente del Banco Central del Ecuador (BCE), en el Gobierno de León Febres-Cordero (1984-1988), e iba a ser candidato por el FRA, uno de sus coidearios lo calificó de “Repartidor de cheques del Estado como si fueran propios para levantar una plataforma electoral”, según la publicación de la revista Vistazo.

Jaime Aspiazu Seminario no amplió sus denuncias, y Emanuel respondió que solo por su candidatura se criticaba la acción del BCE, que se había preocupado de la cultura, del patrimonio y de reactivar los programas olvidados del Fondo de Desarrollo Rural Marginal (Foderuma).

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Su slogan “El Mejor” no pegó en el electorado, quedó en octavo lugar y en febrero de 1988 se desafilió del FRA porque el partido decidió apoyar a Rodrigo Borja (ID) para la segunda vuelta frente a Abdalá Bucaram (PRE).

Pocos meses después, Emanuel se vio salpicado con el caso de las donaciones del BCE. La más recordada: los 150 mil dólares entregados al israelí Rang Gazit, asesor en seguridad. En este caso, la justicia pidió en 1989 orden de prisión para el entonces yerno del ex presidente Febres-Cordero, Miguel Orellana.

El Gobierno socialdemócrata denunció que las donaciones del BCE llegaron a 19.500 millones de sucres, que supuestamente habrían dejado al Banco con pérdidas de 7 mil millones de sucres.

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Las donaciones se dieron en todo el país para obras pequeñas -como compra de colchones para policías, un camal, un terreno para un cementerio, hasta otras de mayor importancia como el teatro del Centro Cívico en Guayaquil.

El reparto de donaciones del Gobierno socialcristiano no benefició ni al ex gerente del BCE ni al candidato oficialista, Sixto Durán-Ballén, por la irrupción de Bucaram.
Emanuel tampoco pudo cosechar los réditos de la política neoliberal del régimen, pese a ser considerado parte del brillante trío de economistas, junto con Alberto Dahik y Francisco Swett.

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El modelo de flotación de divisas fracasó y en los últimos meses de Gobierno el dólar se ubicó por encima de los 500 sucres. Durante su gestión también se recompra deuda externa y se amplía el modelo de sucretización de deudas para los empresarios. Además, le tocó enfrentar el terremoto de marzo de 1987.

Incluso su votación como candidato presidencial fue menor a la de Cecilia Calderón, primera diputada nacional electa por el FRA.

Desde su regreso de Estados Unidos, con un título de doctor (Ph.D.) en Economía, que pocos de su generación pueden ostentar, así como cuatro años de trabajo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), Emanuel tiene una amplia trayectoria pública.

Comienza en 1978, en los últimos días de la dictadura militar, cuando es nombrado gerente del Banco Central sucursal mayor Guayaquil, mientras que el gerente general del BCE era Rodrigo Espinosa Bermeo (pariente de Ramiro Espinosa, separado del Ministerio de Economía y Finanzas).

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Fue en ese entonces cuando Emanuel lleva al Banco, en Guayaquil, a Miguel Orellana, su amigo y vecino de Urdesa. El técnico se queda hasta 1981 en ese puesto, cuando pasó a ser vicepresidente del Banco del Pacífico, cargo que ocupó hasta 1984.

Después de su fracaso en la candidatura presidencial, Emanuel buscó a la empresa privada, donde su gestión tuvo tropiezos.

SICO y Solbanco
La familia Andrade Ochoa lo contrató como alto ejecutivo de SICO (en 1991), que tenía entonces la representación de Mercedes Benz y Toyota. Emanuel fundó y fue gerente de la financiera INCA (1993), parte del mismo grupo que tenía además una constructora con ese nombre.

Emanuel fue gerente general de Solbanco (1997), también del grupo Andrade, institución en la que Iván Castro Patiño fue presidente del directorio. El banco quebró en 1999, y arrastró a SICO. También fue miembro del directorio del Banco del Azuay, de Carlos Julio Miranda, en 1995. Sin embargo, Emanuel siguió vinculado a la esfera pública. Con el Gobierno de Bucaram fue vocal de la Junta Monetaria, cuando Álvaro Noboa era su titular.