Los surcoreanos pueden acusar el cansancio de jugar alargues en los partidos de octavos y cuartos de final.

Corea del Sur y Alemania disputan mañana en Seúl, a las 06h30 de Ecuador, la primera semifinal del Mundial 2002, en la que todos pondrán su atención en el árbitro suizo Urs Meier, luego de las acusaciones contra los colegiados que han dirigido al conjunto asiático.

La selección alemana prefiere no alardear ante un equipo que con ayudas arbitrales o sin ellas, ya eliminó a cuatro fuertes escuadras europeas: Portugal, Polonia, Italia y España y prefiere que no se lo considere como favorita.

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Oliver Kahn, el portero y capitán alemán, tiene su propia filosofía con respecto al arbitraje. “Italianos y españoles pensaron demasiado en las decisiones de los árbitros. Eso no nos pasará a nosotros. Si después de diez minutos marcamos un gol y no es validado, marcaremos otro en los diez siguientes para ganar”.

La única duda alemana para el partido es el centrocampista Dietmar Hamann, con molestias en la rodilla derecha.

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El técnico Rudi Voeller, elogió la velocidad y entrega de los coreanos. “Corren sin parar y no se cansan nunca. Dan la impresión de que pueden jugar todos los días”, dijo.

Voeller considera que están al mismo nivel de capacidad física de los dueños de casa y consideran sus fortalezas al juego aéreo, especialmente con su artillero Miroslav Klose, cuyos cincos goles han sido de cabeza y a la seguridad de Kahn, el mejor arquero del mundial, que solo ha recibido un tanto.

El técnico holandés de Corea del Sur, Guus Hiddink, afirmó, tras la práctica de su equipo en Misary, periferia de Seúl, que los alemanes son muy fuertes físicamente y más eficientes en su estilo de juego que los italianos y españoles.

Corea del Sur entrenó sin dos de sus mejores jugadores, Kim Tam Il, con un esguince en el pie izquierdo, y Ahn Jung Hwan, que recibió un golpe en el tobillo izquierdo en el partido contra España, pero se cree que podrán estar en el partido.

Tras evitar tarjetas
SEÚL, Corea del Sur EFE

Cinco jugadores alemanes y otros tantos surcoreanos están a una sola tarjeta de la suspensión y, por tanto, de perderse la final del Mundial si logran vencer en la semifinal que los enfrentará.

Michael Ballack, Bernd Schneider, Oliver Neuville, Frank Baumann y Sebastián Kehl, afrontan el partido con una tarjeta amarilla y una segunda les dejaría fuera de la final.

En el equipo coreano los amenazados son Jin-cheul Choi, Chun-soo Lee, Chong-gug Song, Sang-chul Yoo y Tae-young Kim.

La profusión de amonestados haría que los surcoreanos realicen un partido con menos roces que los dos previos que disputó la selección de Guus Hiddink, contra Italia, en octavos de final y contra España en cuartos.

Choi y Kim son titulares en la defensa coreana y su ausencia sería un grave problema para Hiddink, si tuviera que afrontar sin ellos una hipotética final.