Los jugadores polacos vivirán sus tres últimos días de Mundial en la extraña situación de ser apoyados con fervor en Corea mientras escuchan de su país los ecos de fuertes críticas por su temprana eliminación en la Copa del Mundo.

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Dos partidos y dos derrotas (2-0 contra Corea y 4-0 frente a Portugal), seis goles en contra y ni uno solo a favor son los números del triste paso de Polonia por el Mundial. Fue el primer equipo europeo en clasificarse para la Copa del Mundo y el segundo en irse, siguiendo los pasos de Eslovenia.

Pero el tercer partido de los polacos, el día 14 contra Estados Unidos, dista mucho de ser intrascendente. Para ellos carece de importancia a efectos de clasificación, pero hay un equipo y una afición que espera mucho de ellos: la de Corea.

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El grupo D tiene una sola certeza (la eliminación de Polonia) y mucha confusión. Los coreanos se han convertidos en fervientes seguidores de Polonia. La apoyaron, sin éxito, contra Portugal, y volverán a animarla contra Estados Unidos el día 14 en Daejeon. Una victoria polaca puede meter a Corea en octavos de final.

Cerca de 30.000 coreanos apoyaron a los polacos en el partido contra Portugal, aplaudiendo incluso las tres tarjetas amarillas que el árbitro escocés Hugh Dallas mostró a los portugueses.