La fiebre futbolera que invade México contagió a los fieles del Santo Niño de los Milagros, que en estos días cambian su atuendo habitual por el uniforme de la selección mexicana en busca de ayuda divina para el conjunto tricolor.

Solo los extranjeros se sorprenden al ver al Niño vestido con los colores del Tri, como se conoce en México a la selección nacional, cuando cruzan el umbral de la parroquia de San Gabriel Arcángel, en el barrio de Tacuba de la capital mexicana.

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Los turistas no están acostumbrados a ver un Santo Niño “futbolista” ataviado con el uniforme verde y blanco, con zapatos deportivos y sentado en su trono, con un pequeño balón bajo sus pies y otro en las manos.

Los vecinos convirtieron al Niño de los Milagros, patrón de las embarazadas fuera de la temporada mundialista, en el jugador número 12 de la selección durante las últimas cuatro copas mundiales.

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La idea, explicó el párroco, José Reyes, surgió en vísperas del Mundial de 1990, cuando una feligresa sugirió vestir al Niño como un futbolista más en busca de la ayuda divina para la selección, aprovechando que el sacerdote es un gran aficionado al fútbol.

“Yo no estaba muy convencido y pensaba que nos iban a chotear (burlarse), pero el atuendo fue muy bien recibido, el Santo Niño quedó muy guapo y la gente comenzó a acercarse para pedirle el apoyo para la selección mexicana”, agregó.

“Evidentemente, no le pedimos que gane la selección, sino solo que les inyecte entusiasmo, fibra e inspiración para jugar”, dijo Reyes, convencido que este es el único Niño “futbolista” producto de una “devoción espontánea”.