Los festejos por el jubileo de oro de Isabel II terminaron ayer con un fastuoso desfile.

Un gran despliegue de pompa y lujo puso ayer martes el punto final a los cuatro días de celebraciones por los 50 años de la reina Isabel de Gran Bretaña en el trono.

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Un día después de que estrellas del rock y pop rindieran tributo a la monarca de 76 años con un espectacular concierto en los terrenos del palacio de Buckingham, la Reina participó, en medio de un ambiente de júbilo, en una procesión ceremonial por las calles de Londres en la carroza real, la misma que utilizó el día de su coronación, el 2 de junio de 1953, poco más de un año después de la muerte de su padre, el rey Jorge VI.

El amplio respaldo popular a las bodas de oro de la soberana ha silenciado a quienes criticaban las celebraciones y ha aliviado a quienes en palacio pensaban que los británicos habían dejado de preocuparse por sus soberanos.