El duelo de las hinchadas en las tribunas del estadio Kashima, en Ibaraki, favoreció con holgura a los albicelestes, mientras que el bloque verde que sigue a las superaguilas se destacaba por sus camisetas fluorescentes, este domingo en el partido Argentina-Nigeria.

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En un estadio que no pobló sus 41.800 butacas, en una jornada soleada, cálida y agradable, desde la tribuna más colmada se escuchaban permanentes cánticos de aliento en español con el tradicional "vamos, vamos Argentina", acompañado por palmas japonesas y cornetas.

Banderas celeste y blancas con anotaciones de localidades argentinas o una infaltable imagen del ex astro Diego Maradona, y hasta una auriazul del club Boca Juniors, otra rojinegra de Newels Old Boys, el club del entrenador Marcelo Bielsa, se desplegaron en el estadio japonés donde los locales se inclinaron netamente por el equipo de Juan Verón.

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"Pelé será Rey, Diego es Dios", provocaron desde una bandera los hinchas albicelestes a la clásica rivalidad con Brasil.

Quedaron claras las preferencias cuando por la pantalla gigante del estadio se presentaron de a uno los jugadores y el delantero Gabriel Batistuta se ganó la mayor ovación.

Por el lado argentino, también Verón, Ariel Ortega y Diego Simeone fueron muy aplaudidos mientras que por el lado nigeriano, Jay Jay Okocha y Nwankwo Kanu se llevaron las aclamaciones.

Menos ruidosa durante el partido, la hinchada nigeriana se hizo oir en las previas con sus tambores y se los escuchó fuerte al entonar su himno nacional previo a la pitada inicial.

Del lado argentino, un grupo de hinchas detrás del arco de Pablo Cavallero se dio el lujo de atraer la atención del estadio, cuando se hicieron dueños de una pelota que había terminado en la tribuna que cabecearon durante algunos minutos, y provocaron a un policía japonés que debió luchar bastante para recuperarla y devolverla al campo de juego.