Uno de los aciertos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol fue escoger a Tottori como sede de la selección nacional durante su permanencia en Japón.
Esta pequeña pero ordenada ciudad de 150 mil habitantes ofrece todas las comodidades, pero sobre todo la paz que la tricolor necesita para llegar sumamente concentrada al primer choque mundialista ante Italia el 3 de junio.

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“Tottori es una sociedad con igualdad de oportunidades”, reza una de las frases que ha promocionado la prefectura de esta población ubicada en el suroeste del país, con playas y puerto que dan al Mar de Japón/Mar del Este.

Y esta oración se vive cuando se camina por sus calles, llenas de hombres y mujeres trabajadoras, que no dan rato para el ocio y son apegados a la vida familiar.

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En Tottori todo está en su sitio, no se observa basura, ni mendicidad, ni delincuencia, es como una población suiza pero con habitantes de ojos rasgados.
Su clima es variable, en esta época, con la llegada del verano, aparece el calor, aunque en las noches la temperatura suele bajar a 14 grados. En invierno cae mucha nieve, la que incluso llega a un metro de espesor.

Pero Tottori es algo más, es una ciudad llena de cariño y calor por los ecuatorianos. Se apoderaron de la selección ecuatoriana, a la que le dan alojamiento y han embanderado toda la ciudad con la tricolor. Nunca, en ninguna fiesta nacional ni partido del combinado mundialista, se vio tantas banderas de Ecuador como las que hay en este poblado.

Las calles están inundadas por los tres colores patrios y el lema Sí se puede, escrito en español y japonés. Al caminar por las calles la gente pregunta al turista si es de Ecuador y ante el asentimiento responden “sí se puede, ariba” (no pueden pronunciar la rr) Ecuador.

Al entrar a los centros comerciales, bancos y restaurantes se puede ver por lo menos una banderita nacional en un lugar muy visible.

La selección recibe la visita diaria de decenas de estudiantes y habitantes que van a sus prácticas en busca de un autógrafo, con camisetas de Ecuador, adquiridas en el comité local y todos se van encantados, porque a cambio tienen la atención del jugador, que firma y accede a todo lo que le pidan.

 Las grandes ciudades lucen despersonalizadas, y no han mostrado pasión por el equipo que es su huésped, con Tottori ocurre todo lo contrario, se adueñó de Ecuador y siente que su equipo en este Mundial, el primero que se realiza en Asia, es el combinado tricolor.