Las cosas se ponen feas para Napster, el servicio de intercambio de música por Internet acusado de infringir la ley de propiedad intelectual, con el anuncio del retiro de su fundador y de sus principales ejecutivos y el fracaso del acuerdo con Bertelsmann.

La compañía que fuera la “niña bonita” de Internet y que supuso una revolución en el mundo de la música digital, permitiendo el intercambio gratuito de canciones en la red a unos 80 millones de usuarios registrados, se encuentra hoy sin fuentes de ingresos y al borde de la bancarrota.
Con la partida del presidente de la compañía, Konrad Hilbers; de su fundador, Shawn Fanning, y de otros altos ejecutivos, todos son malos augurios para Napster.

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Compañía de la cual el visionario Andy Grove, anterior presidente de Intel, dijo que sería el “programa del futuro”.
Un año después de su cenit, el futuro es de lo más oscuro para Napster, aquejada por la falta de ingresos e inmersa en graves disputas legales con las principales compañías discográficas que la acusan de infringir derechos de propiedad.

Los ejecutivos explicaron en un correo electrónico interno que su retirada se debe al fracaso de las negociaciones con el gigante alemán de la comunicación Bertelsmann, uno de los principales accionistas de Naspter que estaba dispuesto a hacerse con la totalidad de la compañía.

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Napster dejó de operar en julio pasado a causa de una orden judicial. Desde ahí se dedicó al diseño de un servicio equivalente, pero de pago, que nunca llegó a despegar. Mientras, aparecieron otras web gratuitas como Morpheus o Kazaa que atrajeron la atención de miles de usuarios.