El presidente de Cuba, Fidel Castro, y el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter dejaron de lado los temas políticos y presenciaron juntos un "Juego de las Estrellas" olímpicas cubanas de béisbol.
Carter y Castro entraron juntos anoche por el banco de la tercera base al Estadio Latinoamericano de La Habana, y fueron vitoreados y aplaudidos por unos 55.000 espectadores.
El ex mandatario norteamericano, vestido con camisa gris, pantalón oscuro y una gorra roja del equipo cubano, lanzó de manera simbólica la primera bola, y tuvo como "bateador" al ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque.
Antes, Castro, que acompañó a Carter en el montículo, llamó al receptor cubano para que se acercara un poco más para que el visitante hiciera lanzamientos de "calentamiento", y éste hizo siete de ellos.
Luego Castro, que vestía camisa deportiva, pantalón oscuro y gorra del cuadro cubano, también lanzó una bola a Pérez Roque.
Ambas demostraciones de las "dotes beisboleras" de Carter y Castro arrancaron el aplauso de los miles de fans presentes, que ya desde una hora antes del inicio del partido colmaban la instalación.
Posteriormente, ambos políticos ocuparon asientos detrás del plato para ver el partido, disputado entre los equipos Orientales y Occidentales, conformados por los mejores peloteros de la isla, hasta que se fueron al principio de la quinta entrada.
En breves palabras antes del inicio del partido, Carter dijo al público presente que "nosotros tenemos una especial afinidad por el béisbol".
Castro, por su parte, señaló que éste no era un partido de béisbol entre los equipos de EEUU y Cuba, sino "un encuentro amistoso entre cubanos y norteamericanos".
En el cincuentenario estadio habanero, uno de los más emblemáticos de Cuba, se apreciaban en diversos puntos banderolas con los colores blanco, rojo y azul, que simbolizan los de la bandera cubana, y la norteamericana.
No se vio, sin embargo, ninguna pancarta con consignas políticas, algunas de las cuales aluden a veces a la tradicional rivalidad entre los gobiernos de los dos países, y sólo eran visibles las alegóricas a temas deportivos.
Carter, que gobernó en EEUU entre 1977 y 1981, había dicho el lunes, de manera jocosa, que "quizá este sea el punto más alto e interesante de mi visita", al referirse al partido de béisbol.
El ex presidente estadounidense, que dio el martes una conferencia en la Universidad de La Habana, había expresado su "gran afición" por el béisbol y el equipo de las Grandes ligas de su país los Bravos de Atlanta, su tierra natal.
Carter prometió que su discurso "será breve" porque "no quiero llegar tarde" al partido de béisbol.
Y así fue, pues el veterano político, de 77 años, no se resistió a la tentación de ver "in situ" la calidad de los cubanos, que suman la mayoría de los títulos internacionales.
Precisamente fueron los beisbolistas norteamericanos los que arrebataron a los cubanos el título en los Juegos Olímpicos de Sydney2000, al imponerse en la final por 4-0, y muchos isleños sueñan con la revancha en Atenas2004.
En su conferencia de anoche, Carter animó al gobierno cubano a reformar las leyes vigentes como se propone en un proyecto de la oposición y se pronunció por la normalización de las relaciones bilaterales.
"Quiero que los pueblos de Cuba y EEUU compartan mucho más que su afición por el juego de pelota y la maravillosa música", señaló también Carter, y expresó su deseo de que "lleguemos a ser amigos y a respetarnos".
"Durante 43 años -señaló-, ambas naciones se han visto atrapadas en un estado de beligerancia. Somos nosotros los que debemos dar el primer paso".
"Tengo la esperanza de que el Congreso de los EEUU actuará para permitir viajar (a Cuba), establecer relaciones abiertas y revocar el embargo", apostilló.