Su médico personal, Freddy Terrazas, confirmó que la muerte le sobrevino a las 05h00 (04h00 de Ecuador) en su residencia de la ciudad de Santa Cruz, donde recibía tratamiento médico contra el cáncer.
Con la muerte del general Hugo Bánzer Suárez, que gobernó en Bolivia como dictador durante siete años, desaparece el único militar en la historia de América Latina que logró regresar al poder por medios democráticos.
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Bánzer deja un vacío en la política de la nación suramericana porque fue uno de sus protagonistas indiscutibles en los últimos 30 años.
Nació en Concepción, departamento de Santa Cruz al este de Bolivia, el 10 de mayo de 1926, en el seno de una familia de origen alemán.
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Como dictador gobernó entre 1971 y 1978 y como demócrata regresó a la Presidencia tras su triunfo en las urnas en 1997. Tuvo que dimitir en agosto del 2001, aquejado de cáncer, un año antes de que finalizara su mandato de cinco años.
Su joven vicepresidente, Jorge Quiroga, que asumió el mando de la nación, le sustituyó desde el pasado marzo en el liderato del partido que fundó en 1979, Acción Democrática Nacionalista (ADN).
Sus esfuerzos por borrar su pasado dictatorial no fueron suficientes para frenar la acción de la justicia, encabezada por el juez federal argentino Rodolfo Canicoba, quien en diciembre de 2001 emitió una orden de captura internacional en su contra, que la Corte Suprema de Bolivia declaró improcedente.
Canicoba acusó a Bánzer de haber formado parte del denominado Plan Cóndor, la coordinación que establecieron los dictadores del Cono Sur, en la década del setenta, para reprimir a los disidentes y los militantes de izquierda de la región.
Durante su gobierno reprimió con mano dura a los militantes de izquierda, a los que persiguió, encarceló y desterró, entre ellos, a integrantes del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), los mismos con quienes se alió para gobernar 20 años después.
Su mandato militar duró siete años hasta que un grupo de mujeres mineras se puso en huelga de hambre y comenzó un proceso que le obligó a dictar una amnistía y a convocar elecciones.
La Asociación de Familiares de Desaparecidos de Bolivia culpa a Bánzer del asesinato de 73 dirigentes y de la desaparición de otros 66, algunos entregados a los gobiernos militares de Chile y Argentina, como parte del Plan Cóndor.
En la política internacional, uno de los capítulos centrales de su administración fue el denominado “abrazo de Charaña”, con el dictador chileno Augusto Pinochet, con quien debatió pero nunca cerró un intercambio de territorios para dar a Bolivia una salida al mar, perdida en 1879.