También operarán libremente los bancos, afectados por el feriado gubernamental, que ya abrieron el viernes, aunque parcialmente.
El Gobierno parece estar expectante ante el fin del feriado y por la reacción de los argentinos, afectados por la llamada fiebre del dólar y cada vez más recelosos de su propia moneda.
El peso argentino fue devaluado en enero tras 11 años de paridad con el dólar. Y la confianza de los ahorristas en el sistema bancario colapsó cuando se impuso a comienzos de diciembre una severa restricción a la libre disposición de depósitos bancarios, que prácticamente los inmovilizó.
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Duhalde y sus colaboradores han advertido que una estampida del dólar podría desencadenar un proceso hiperinflacionario, que echaría por tierra los programas gubernamentales para superar la recesión iniciada en 1998, que sumió a la Argentina en la peor crisis de su historia.
En declaraciones que publicó ayer el matutino Clarín, Lavagna confirmó que hoy abrimos a pleno, hay que oxigenar la economía. No habrá tipo de cambio fijo sino libertad de mercados.
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Lavagna se reunió ayer con el presidente del Banco Central, Mario Blejer, para analizar detalladamente el problema cambiario. El propósito del ministro es que el Banco Central intervenga en el mercado cada vez que la moneda norteamericana se venda a precios que se consideren excesivos. Al disponerse el feriado, el dólar se vendía a más de tres pesos.