Las imágenes generadas por computadora, exhibiendo niños "virtuales" mientras sugieren o mantienen relaciones sexuales, ya no serán consideradas contrarias a la ley.

Esta decisión de la Corte constituye un duro golpe para el conservador ministro de Justicia John Ashcroft, defensor de la "Child Pornography Prevention Act" (CPPA) de 1996.

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Pero los argumentos del ministerio de Justicia fueron derrotados por el alto tribunal, mediante una resolución favorable a la eliminación de la ley de seis votos contra tres.

En nombre de la mayoría, el juez Anthony Kennedy estimó que el concepto de "pornografía infantil virtual" que definió el Congreso era demasiado vago, llegaba "demasiado lejos" y no se adaptaba a la evolución de la tecnología.

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Para Kennedy, este concepto demasiado amplio incluye tanto las imágenes generadas por computadora como las creadas por "medios más tradicionales", en especial la pintura.

"Esas imágenes no involucran, y mucho menos dañan, a ningún niño en el proceso de producción", agregó el magistrado.

De hecho, insistió, la CPPA prohibe "la descripción visual de una idea -la de adolescentes tomando parte en una actividad sexual- que es un tema recurrente en una sociedad moderna y que lo ha sido desde hace siglos en el arte y la literatura".

Las limitaciones que imponía la ley hacían referencia tanto a una pintura del Renacimiento describiendo "el comportamiento sexual de un menor" en una escena mitológica, como a una producción de Hollywood filmada "sin la participación de niños", destacó Kennedy.

La mayoría de los jueces estimó así que la legislación se encontraba en oposición a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que estipula que no le corresponde al Congreso la adopción de leyes "que limiten la libertad de expresión".

"La Primera Enmienda reclama así una restricción más precisa" que la impuesta por el Congreso, señaló Kennedy, para quien los argumentos del departamento de Justicia son "incompatibles" con este texto fundador.

"La calidad del trabajo artístico no puede depender de la presencia de una sola escena explícita", afirmó.

La decisión de la corte hace referencia a obras literarias de un valor irrebatible inspiradas en temas que evocan la sexualidad de los menores, sobre todo "Romeo y Julieta" de William Shakespeare.

El juez Kennedy evocó asimismo el filme "American Beauty", coronado con varios Oscar en 2000 y mechado de escenas sugestivas sobre una oscura relación entre una adolescente y un adulto.

De todos modos, estimaron los magistrados a coro, "la explotación sexual de un niño es un crimen de los más graves, un acto repugnante desde el punto de vista moral".