Se acercaron a mi casa en Punta Blanca dos individuos que prestos me solicitaron permiso para fumigar los alrededores.
Los observé trabajar con cierto grado de satisfacción, pues justamente las últimas lluvias en el sector han dejado una pequeña laguna que rodea la casa, y ya se observaba la proliferación de mosquitos.
Pero apenas terminaron su labor mi satisfacción se vino abajo, pues se me acercaron y entregaron varios sobres con un producto, indicándome que debía diluir su contenido en agua, para que fumigue el interior de mi vivienda.
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Me había enterado que era obligación dar cinco de esos sobres. Mientras me los entregaban me pidieron una colaboración (no me pareció raro) e insinuaron que esta dependía del valor de cada sobre que costaba un dólar.
Llegaron a entregarme hasta quince sobres. Me negué a aportar con la “colaboración” y les devolví los diez sobres restantes, pero sin decirme más, los individuos me arrebataron los otros cinco paquetitos y se retiraron.
¿Acaso estos fumigadores están lucrando con una labor obligatoria? ¿A quién debo dirigirme para denunciar este mal comportamiento?
Gabriel Rivera
Guayaquil