Creció en medio de la medicina y el deporte, ambos son su mundo.

Es un perfeccionista. Jamás queda satisfecho con lo que hace. No puede estar tranquilo. Siempre se lo ve activo en sus funciones como médico cirujano, dirigente deportivo o deportista. Es el guayaquileño Roberto Gilbert Febres Cordero.
Nació, creció y aún sigue en la clínica Guayaquil, centro de salud del que hoy es su director. La medicina la heredó de su abuelo paterno, don Abel Gilbert Pontón, y de su padre, Roberto Gilbert Elizalde, quien siempre fue su guía y de quien aprendió mucho.

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Cuando vivía en el tercer piso de la clínica su mundo deportivo no se paralizó, al contrario su progenitor siempre lo incentivo. Jugó béisbol en el patio de ese centro asistencial con sus amigos del colegio San José La Salle. Allí también sus padres le instalaron unos aros de básquet.
Desde muy pequeño. Tenía apenas seis años de edad, ingresó al quirófano junto con su papá. A los 7 años, con la ayuda de su abuelo Abel, puso su primera inyección. A los 8 aprendió a dar masajes al corazón.

Hoy, cuando recuerda eso, el galeno dice que antes, cuando dejaba de latir el corazón de un paciente se le debía abrir el tórax para darle masajes, pero al pasar el tiempo eso cambió. Él jamás temió hacerlo.
Trabaja en cirugía de corazón durante los 365 días al año, tiempo en el que efectúa más de 460 cirugías, entre las planificadas, clásicas generales y las de emergencia.

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No es ningún hombre frío ni un ser temeroso. Se ha ganado el respeto de todos por su forma de ser. Es sencillo, paciente, atento, cordial. Aunque también es malgenio e impulsivo, pero todo lo que hace es por el bien de quienes lo rodean, dice él y reconoce que actúa así porque le gusta que todo este en orden y limpio. Le enerva la desorganización y cuando no se cumple a cabalidad con sus requerimientos. Pero trabaja para cambiar un poco eso, para que su imagen no sea la de un ser repulsivo.

No fue ninguna estrella en el básquet, ni en el fútbol. Pero en el esquí acuático, karting, gimnasia olímpica y fuerabordismo siempre deslumbró, incluso ahora que ejercita tiro práctico es el campeón en su categoría, pistola estándar.

No fuma ni bebe por su condición de deportista, dirigente y sobre todo médico cirujano de corazón abierto. Está consciente de la enorme responsabilidad que tiene con sus pacientes y el entorno.

Es un voluntariado del deporte. Tiene grandes proyectos para sacar adelante al ser humano. Como médico se preocupa por la niñez ecuatoriana, por eso está en constante y permanente contacto con médicos extranjeros para realizar obras sociales en beneficio de los más necesitados.

Es un convencido que de aquí a unos quince a 20 años nuestro país cambiará en todos los aspectos, porque Ecuador cuenta con excelentes recursos naturales y humanos.

Es hogareño, el poco tiempo libre que tiene lo dedica a su esposa y dos pequeñas hijas.
Roberto Gilbert es un ejemplo de amor y entrega que siempre tendrá el deporte dentro de su corazón.

Muy Personal

Nombres: Roberto Antonio Gilbert Febres-Cordero.
Lugar y fecha de nacimiento: Guayaquil, 15 de marzo de 1951.
Estado civil: Casado desde hace 16 años. Tiene dos hijas.
Deportes: Básquet, béisbol, fútbol, gimnasia olímpica, fuerabordismo, karting, esquí acuático, tiro práctico, entre otros.
Estudios: En el San José La Salle la primaria hasta 1º año de secundaria. Segundo, 3º y 4º cursos  estudió en Alemania; regresó al San José, y terminó 5º y 6º años y se graduó. Medicina rural en el pueblo Jumón, provincia de El Oro. Viajó a Ginebra, Suiza, y  estuvo tres años especializándose en cirugía cardiovascular. Tuvo un año más de cirugía cardiotorácica, en Miami, Florida; se graduó en la Universidad de Guayaquil.
Título académico: Doctor en Medicina y Cirugía.
Idiomas: Castellano, inglés, francés, alemán  e italiano.
Cargos actuales: Director de la clínica Guayaquil, jefe de cirugía del hospital Roberto Gilbert, presidente de la Federación Deportiva del Guayas y de la Comisión de Fútbol del Municipio.