Saben bailar, cantar, subir escaleras y recoger objetos, pero hay algo que los robots aún no logran: ganarse la confianza de los humanos.

La segunda edición del salón Robodex, en Yokohama, Japón, permitió a los fabricantes japoneses mostrar sus últimos progresos tecnológicos con la esperanza de seducir al consumidor.

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“El tema de Robodex son los robots que coexisten con los humanos”, explicó Toshi Doi, jefe de laboratorio de las criaturas digitales de Sony y creador del ciberperro Aibo.

Los principales fabricantes, Sony y Honda, han elegido estrategias contrarias.
Honda presentó en Yokohama la última versión de su robot humanoide, Asimo, de un metro 20 centímetros de altura, con intención de que realice tareas domésticas.

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Sony, por otra parte, presentó el SDR-4X, dos veces más pequeño que Asimo y capaz de cantar y bailar.
Estas criaturas, aún lentas y poco hábiles, tienen que hacer enormes progresos antes de que se vuelvan indispensables. Pero para los investigadores, el obstáculo más delicado será sin duda de orden psicológico: los robots humanoides puede que no se metan a los humanos en el bolsillo.