Los síntomas de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) afectaron la vida de Paola Roldán Espinosa a partir del 2020.

Antes, la mujer tenía una vida saludable, sin sobresaltos, pero todo cambió cuando los extraños síntomas comenzaron a aparecer en sus actividades.

Con el paso del tiempo, esta situación generó debilitamiento muscular, y luego de exámenes conoció el diagnóstico que padecía de la ELA.

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Al poco tiempo, ella quedó totalmente postrada sin poder mover en absoluto su cuerpo y dependiendo de una máquina respiradora.

Paola deseaba tener la capacidad de decidir cuándo morir y por su condición impulsó una acción judicial.

En febrero anterior logró que la Corte Constitucional de Ecuador acepte su demanda para allanar el camino a la eutanasia, en medio del complejo cuadro que padecía. Este lunes, la mujer, de 42 años, murió, confirmaron allegados.

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La ELA puede afectar a 5 de cada 100.000 personas en el mundo. Es una enfermedad de las neuronas, que se desgastan o mueren y no pueden enviar mensajes a los músculos, según el portal Medline Plus.

Alrededor de 340 pacientes de ELA habría en Ecuador, según estimaciones que manejaba ella.

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La ELA se presenta con pérdida de fuerza muscular y poco a poco se complica la coordinación de movimientos, por lo que se complica la realización de actividades cotidianas, como deglutir, levantarse de un sitio o avanzar por las escaleras.

Incluso, según el portal, los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar.

Las personas con ELA también padecen otras complicaciones como inhalación de alimentos sólidos o líquidos, insuficiencia pulmonar, pérdidas de peso, úlceras de decúbito, pérdida de capacidad para cuidar de sí mismo.

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También este mal puede causar calambres musculares, rigidez muscular, contracciones musculares, pérdida de peso y depresión.

En torno a la evolución de la enfermedad, el portal refiere que el periodo de supervivencia puede ser de 3 a 5 años después del diagnóstico. Estimadamente, uno de cada cuatro pacientes sobrevive por más de cinco años después del diagnóstico.

Por ahora, esta enfermedad no tiene cura y solo hay medicamentos que pueden frenar el progreso de los síntomas.

Debido a las complicaciones de asfixia y al tragar alimentos se suele colocar un tubo en el estómago y también se recurre al uso de aparatos de respiración para facilitar la inhalación de aire. (I)