Rebeldes sirios y sus familias fueron evacuados este lunes por primera vez de un distrito de Damasco, dándole así la posibilidad al régimen de afianzarse en la capital, un objetivo clave para él.

El pacto para evacuar Barzé es similar a otros acuerdos alcanzados para otros territorios en manos de los rebeldes, que permiten que los combatientes abandonen de forma segura esas áreas a cambio de la rendición.

"Hombres armados y algunos familiares empezaron a abandonar Barzé en 40 autobuses en dirección al norte de Siria", afirmó la cadena estatal. Agregó que la evacuación duraría cinco días, pero que los combatientes rebeldes que elijan quedarse podrán hacerlo si se registran ante el gobierno.

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El canal no precisó cuántas personas serán evacuadas pero según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), entre 1.400 y 1.500 combatientes y sus familias podrían abandonar la capital para instalarse en Idlib, una provincia del noroeste en manos de los rebeldes y los yihadistas.

Según el gobernador de la ciudad de Damasco, citado por la televisión, 1.022 personas, entre ellas 568 combatientes y sus familias ya abandonaron la capital.

Barzé y Qabun

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El acuerdo de evacuación de Barzé, un barrio en el que vivían 48.000 personas antes de la guerra, se cerró el domingo por la noche y decenas de habitantes aguardaban desde primera hora de la mañana a poder salir de la ciudad.

Un fotógrafo vio a combatientes rebeldes portando armas ligeras mientras niños y mujeres con coloridos pañuelos arrastraban viejas maletas y bolsas de lona.

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Una fuente de las Fuerzas de Defensa Nacional, progubernamentales, afirmó que se permitiría a los rebeldes llevar consigo sus "armas personales".

Se están llevando a cabo negociaciones similares para el distrito de Qabun, en el noreste de Damasco, bombardeado intensamente por las fuerzas leales al presidente Bashar al Asad desde hacía semanas.

"Estamos trabajando en Qabun y también está el campamento de Yarmuk, donde se están desarrollando negociaciones para la evacuación de grupos armados", explicó Muallem en una rueda de prensa el lunes.

Seis años de  conflicto

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El gobierno de Al Asad controla toda la capital excepto seis distritos: Barzé, Qabun, Jobar, Thishrin, Tadmun y el campamento de Yarmuk.

Se trata de la primera evacuación de la capital, aunque el acuerdo de Barzé sigue un modelo de "pactos de reconciliación" que ya se han aplicado por todo el país.

El gobierno defiende que estos acuerdos son la mejor manera de terminar con seis años de conflicto, que comenzó en marzo de 2011 a raíz de la represión de unas protestas pacíficas y que ha acabado con la vida de más de 320.000 personas.

Sin embargo, la oposición asegura que se ve forzada a firmar estos acuerdos por la presión que el gobierno ejerce con sus tácticas de asedio y bombardeos.

La evacuación del lunes empezó días después de que Rusia, Irán y Turquía acordaran delimitar cuatro "zonas de distensión" que no incluyen Damasco y en donde deberán cesar los enfrentamientos, incluyendo los bombardeos aéreos, durante seis meses.

Demarcación

Entró en vigor en la medianoche del viernes pero los socios firmantes tienen hasta el 4 de junio para entregar los mapas con la demarcación de las zonas.

El ministro de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, rechazó este lunes que la ONU o fuerzas extranjeras actúen como observadores en esas zonas, aunque matizó que la policía militar podría tener algún papel, aunque no precisó si se refería a unidades sirias o extranjeras.

El pacto excluye al grupo yihadista Estado Islámico, ausente en la mayor parte de las áreas delimitadas, y al Frente Fateh Al Sham, antigua rama siria de Al Qaeda, muy presente en la provincia de Idlib.

Rusia anunció este lunes haber presentado un proyecto de resolución sobre esas "zonas de distensión" ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según la agencia de prensa rusa Interfax, que cita a una fuente de Naciones Unidas, "podría haber un voto (sobre ese proyecto) esta semana".

Estados Unidos por su parte examina atentamente el proyecto ruso para saber si es viable, indicó este lunes el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis. (I)