Los azúcares engordan y esa es una realidad que jamás se podrá negar; más aún si no están acompañados de alguna fibra alimentaria. Dicho de otra manera, consiguen alterar el metabolismo y por ende, al subir el nivel de glucosa en la sangre, todos los alimentos que no sean azúcar pasarán a formar acumulaciones de grasa en los tejidos, lo que trae como consecuencia que la persona suba de peso.

Alimentos como la pasta y el arroz tienen una gran cantidad de almidón en sus composiciones. Estas cadenas de azúcares serán fragmentadas en moléculas de glucosa por el cuerpo.

La fibra alimentaria atrapa una buena parte estos azúcares y no deja que pasen a la sangre, lo que hace que el índice glucémico no suba y el metabolismo no convierta en grasa a los alimentos restantes, explica El Diario.

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¿Cómo transformar alimentos en carbohidratos saludables?

Lo primero es saber que esta técnica procura que el almidón se haga resistente; en otras palabras, que este componente sufra una modificación en su estructura, de modo que la amilasa y otras enzimas puedan actuar sobre él de modo que no se convierta en azúcar. No se digiere, no incrementa el índice glucémico y tampoco aumenta la formación de capas grasas.

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La idea de este truco es que, al rededor del almidón se haga una especie de “malla” que le impide ser digerido en el intestino y pase directo al colon, donde se degradará por bacterias y termina siendo muy beneficioso para el cuerpo.

Para lograrlo, se debe cocer el alimento y luego ponerlo en la nevera durante un periodo de 24 horas antes de consumirlo. Es decir, si se prepara un arroz o pasta, la persona debe asegurar se que se haya refrigerado por un día entero, de modo que se logre formar el almidón resistente.

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Este alimento se puede recalentar, la única condición, según Consumo Claro es que el nivel de cocción no supere los 140 .°C para que no reaparezca el almidón.

(I)

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