El angelito de Cris-Sal, el icónico personaje que durante generaciones ha sido parte de la marca, ahora aparece como director de comerciales… Sí, pero no en los de Cris-Sal, sino en las publicidades de otras reconocidas marcas de comida.

En este divertido juego de creatividad, el querubín de Cris-Sal se cuela en spots que traen a la memoria marcas muy presentes en nuestro mercado. Unos ejemplos de esto son un casting para encontrar a la gallina con más sazón del Ecuador, que alude a los caldos Maggi, la búsqueda de una agrupación que tenga el mismo flow de una hamburguesa (guiño a McDonald’s) o la presencia de un cerdito parrillero que notoriamente hace referencia a Mr. Pig.

El mensaje es claro: aunque otras marcas sean protagonistas, Cris-Sal siempre está presente en cada una de sus recetas potenciando así su ya delicioso sabor. Y aunque no se la vea en el empaque de la sopa, en el combo de hamburguesa o en los asados del fin de semana, Cris-Sal siempre está ahí. Porque sin ella nada sabe igual.

“¿Quién más que Cris-Sal?” es como se llama la astuta campaña publicitaria con la que la marca busca dejar claro que su papel va más allá del condimento. Según Cris-Sal, con esta estrategia no solo se quiere reforzar el liderazgo de la marca en la mente de sus consumidores, sino también consolidar su presencia a través de diversas plataformas.

Esta campaña se distribuye fuertemente en medios digitales, redes sociales, vía pública y puntos de venta y mantiene ese estilo muy ‘Cris-Sal’: casual, directo y con ese humor muy nuestro que los consumidores ya identifican y disfrutan.

Es más que sal

En el país pocas marcas han logrado lo que Cris-Sal: tomar un producto cotidiano, casi invisible en el plato, y hacerlo protagonista de conversaciones, memes y hasta campañas virales. En esta ocasión, la firma dio un paso más con su nueva campaña “¿Quién más que Cris-Sal?”, una iniciativa que la coloca no solo como el condimento esencial de los ecuatorianos, sino como una verdadera marca de alimentos.

“(Porque) si antes decíamos que todos los saleros tienen Cris-Sal, ahora el mensaje es aún más claro: todas las comidas también la tienen y la necesitan”, explica Cris-Sal.

En los últimos cinco años, Cris-Sal ha dejado de ser simplemente “la sal de siempre” para convertirse en un fenómeno de marca con personalidad, humor y conexión con el público gracias a su lenguaje visual, su tono irreverente y su estilo cercano.