El consumo de fundas plásticas prolifera y no hay mayor conciencia social del impacto ambiental negativo que aquello genera. Esta fue una de las afirmaciones a las que la Unidad Educativa Bilingüe Jefferson, de Guayaquil, llegó luego de poner en marcha un ejercicio de observación por varios días al comportamiento de algunos compradores y tenderos de ciertos locales comerciales de Los Ceibos y vía a La Costa, sectores aledaños al plantel. De ahí, nace la idea creativa y de responsabilidad social de convertir dicha problemática en un proyecto escolar, por lo que las autoridades del colegio decidieron emprender en el diseño de una campaña que tendría por finalidad vincular a toda la comunidad estudiantil, e invitarlos a que desde su entorno, se empoderen de la causa para ayudar a combatir el consumo excesivo de fundas plásticas.
Según reportes del Ministerio del Ambiente, en Ecuador el consumo per cápita anual de fundas tipo camiseta es de 253 unidades. Mientras que el consumo de fundas de todo tipo se acerca a los casi 4 mil millones, el 48% resultan del expendio en tiendas de barrio, bodegas y distribuidoras. Esta última cifra coincide con la observación local que la profesora y líder de la campaña Karin Iturralde palpó, pero a la que también se suma la realidad de que el 90% de los desechos recolectados de la última limpieza de playas del país, correspondieron a plásticos desechables no reutilizables localmente. El unir estas dos problemáticas llevó a la profesora a convencerse finalmente de que la razón para que esos desperdicios terminen en las playas ecuatorianas, era producto del mal manejo y consumo desmedido de plásticos que se generan desde la ciudad.
En este sentido, y con la premisa de trabajar bajo la metodología de enseñanza de Acción, Reflexión y Aprendizaje, el colegio Jefferson tomó la decisión de respaldar la aplicación de esta campaña y decidió llamarla #TodoElAñoPiensoEnLaPlaya, la misma que servirá de plataforma para generar conciencia en la comunidad, como para motivar a los alumnos a desarrollar nuevas relaciones entre los conocimientos obtenidos como parte de su enseñanza y la experiencia que les aportará ser parte activa de la misma.
#TodoElAñoPiensoEnLaPlaya
El diseño de esta campaña se fundamenta en tres momentos clave. El primero, haber contado con la visita de la organización sin fines de lucro Mingas por el Mar, que por medio de charlas explicativas acerca del impacto ambiental que generan los residuos plásticos en las playas ecuatorianas y a nivel mundial, se dirigieron a los estudiantes con la intención de hacer un llamado a la conciencia. Llamado que fue respondido por la comunidad estudiantil, por lo que decidieron involucrarse en el proceso.
Una vez conocida y aceptada la problemática entre la comunidad estudiantil, Karin Iturralde, como maestra de la asignatura de Cultural and Artistic Education, invitó a los alumnos a dar el segundo paso involucrándose de forma voluntaria y convertirse en veedores del consumo de plástico en sus hogares, tiendas, supermercados y entorno más cercano. “Debemos ser conscientes de la problemática y rechazar el consumo irracional de fundas plásticas como punto de partida, luego considero que la principal acción es interiorizar que como comunidad sí podemos generar cambios positivos, así sean de uno en uno… Por ello, el que los alumnos puedan experimentar de forma directa, de que generen con el cuerpo una propuesta de solución participativa, y de que hayan abierto un diálogo con la comunidad, ya es un logro” afirma.
De esta forma y bajo la consigna de involucrarse en el proceso como parte de la solución, se desata como tercer momento clave, el poner en marcha el desarrollo estratégico de la campaña. Y con ello se decide que, a propósito del comienzo de la temporada playera, era momento de hacer tangible la campaña #TodoElAñoPiensoEnLaPlaya y desarrollar acciones puntuales para materializar el mensaje desde las aulas a la localidad y a nivel nacional.
Bolsas reutilizables para uso doméstico
Con la participación voluntaria de estudiantes de décimo de Educación General Básica a tercero de Bachillerato, se pusieron a flote los conocimientos y destrezas en dibujo, pintura, manejo de proyectos y técnicas de serigrafía, para realizar la concepción y elaboración de 1.000 bolsas de tela reutilizables, la mismas que tienen como finalidad ser entregadas por los propios estudiantes, y sin costo, a las tiendas de consumo de las zonas cercanas al plantel.
Adicional a ello, los estudiantes diseñaron una tarjeta informativa para acompañar las bolsas e informar sobre la forma correcta de utilizar y reutilizar la misma. A la par, y para el momento de la entrega, se ha coordinado la participación y apoyo físico de miembros de Mingas por el Mar, quienes ayudarán a reforzar el mensaje sobre el impacto del plástico en las playas y los beneficios para el planeta mediante la disminución del consumo de fundas plásticas. La idea, como recalca la maestra Iturralde, es ofrecer a 1.000 consumidores la experiencia de llevar sus compras en un bolso de tela. Para muchos quizá sea su primera vivencia de este tipo, pero buscarán asegurarse que sea satisfactoria y la pongan en práctica de forma recurrente.
La gran bolsa reutilizable playera
En las playas ecuatorianas el expendio de comida es una actividad económica que si bien mantiene a las comunidades de la zona se ha convertido en una de las razones para que las playas se llenen de basura plástica. Lo negativo no está en la venta de comida, sino en que los compradores desechan los platos, vasos, utensilios, tarrinas, fundas y botellas plásticas, al pie de la playa, lo que termina desembocando en el mar. Y como medida para contrarrestar aquello, se entregará bolsas grandes de tela a los vendedores de comida en las playas para que, de cierta forma, incentiven a los turistas a depositar en ella los residuos plásticos y, de paso convertir a los vendedores en recolectores voluntarios de los desechos que encuentran a lo largo de su actividad.
Campaña activa en redes sociales
Una de las razones por las que la campaña se denomina #TodoElAñoPiensoEnLaPlaya tiene la intención de que se convierta en un referente de posicionamiento y búsqueda de información efectiva en las redes sociales. Y para lograr masificar el mensaje, los estudiantes que entreguen las bolsas a los usuarios, invitarán a que estos compartan e intercambien experiencias que ayuden a generar un solo propósito común. De esta forma están convencidos de que el mensaje motivará más y que demostrará que con pequeñas acciones trabajadas en comunidad, sí se puede hacer cambios positivos.
Según Cecilia Torres, directora de Mingas por el Mar, este proyecto alinea su mensaje a la iniciativa de educación ambiental y empoderamiento de acciones del Colegio Jefferson y hace un llamado a la conciencia y al rechazo del consumo de plásticos desechables a nivel nacional; además afirma que “el desecho mejor gestionado es el que no se produce”.
Sin duda alguna, así como las estadísticas de consumo de plástico a nivel país son alarmantes, toda acción, por pequeña que sea y que se haga para reducir el impacto ambiental y la contaminación de los océanos, es más que válida. Y en esto coincide Mónica Rogel, rectora del colegio Jefferson de Guayaquil, quien afirma que más allá de ser un proyecto en donde se pongn en evidencia muchas de las técnicas aprendidas en las aulas, la participación activa y responsable de los estudiantes como actores principales de una causa que apoye y refuerce el sentido de humanidad, será una causa que siempre valdrá la pena seguir incentivando. (P)