Hasta más allá de la segunda mitad del siglo XX, las radioemisoras guayaquileñas mantuvieron sintonizados espacios de saludos musicales que contrataban los vecinos de la ciudad y de sectores urbanos y rurales de provincias hermanas, para felicitar a sus familiares y amigos por diferentes motivos: cumpleaños, onomásticos, Día de la Madre y del Padre, acuartelamiento, viajes al exterior, graduaciones, etcétera.